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La Tribuna

La historia de amor que da vida al Bosque de Matilde en Mulchén

por Claudia Robles Maragaño

A partir del año 2020 se dio inicio a "este viaje sin retorno" expresó Elisa Mingo en entrevista con diario La Tribuna.

Elisa en el Bosque de Matilde en Mulchén / cedida

Antes del accidente que marcó un giro en su vida, Elisa estaba finalizando su carrera en sociología y tenía aspiraciones de viajar y recorrer el mundo junto a su hermana Matilde. Sin embargo, la primera semana de enero del año 2018 todo cambió drásticamente para Elisa tras el accidente en el que falleció Matilde Mingo Guilisasti, su hermana de 21 años, quien viajaba en una lancha de turismo junto a 14 personas. 

La embarcación naufragó en el estero Cahuelmó en Hornopirén en la puerta norte de la Carretera Austral, logrando sobrevivir 12 de los viajeros.

Ese día marcó un antes y un después en la vida de Elisa, quien actualmente está radicada en Mulchén, donde recuerda las conversaciones compartidas con su hermana sobre cambiar juntas el mundo. "A comienzos del año 2020, arrancando de la pandemia en la capital llegamos junto a Martin - mi pareja- a un campo familiar en Mulchén, el lugar donde pasé todos los veranos de mi infancia" expresó Elisa en su relato con diario La Tribuna al ser reconocida por otras mujeres de la comuna del Bureo como una líder positiva.

"Nos contagió a varias mulcheninas" aseguró una emprendedora de la comuna, frase que nos motivó a conocer más detrás del "Bosque de Matilde", que para Elisa representa un lugar de vida, crecimiento y renovación, donde el amor y la memoria de su hermana perduran en cada árbol, flor y fruto y de cómo el dolor puede transformarse en un motor de cambio y crecimiento personal más allá de la muerte.

¿Cómo surgió la idea de crear Bosque Matilde? ¿Por qué el nombre y dónde se ubica?

La verdad, Bosque Matilde nunca fue parte de un plan, sino que es el resultado de los muchos caminos recorridos en el intento de buscar, honrar y reencontrarme con mi gran compañera de batalla, mi única hermana, Matilde. Una gran guerrera y guardiana de la naturaleza, quien falleció el año 2018.

A comienzos del año 2020, arrancando de la pandemia en la capital llegamos junto a Martín - mi pareja- a un campo familiar en Mulchén, el lugar donde pasé todos los veranos de mi infancia, el pedazo de tierra que me vio crecer. Y la verdad, jamás imaginamos que nos quedaríamos ni que aquí comenzaría esta gran aventura de vida, este viaje sin retorno.

¿Cuál es la filosofía y enfoque principal en cuanto a la regeneración ecológica y la agricultura sustentable?

Elisa en Mulchén / cedida
Elisa en Mulchén cedida

Creo que lo más lindo ha sido ir permitiendo que el proyecto y sus enfoques muten y se transformen constantemente, tal como lo hace la naturaleza y tal como lo hacemos nosotros. 

Hablamos de Bosque Matilde como un proyecto regenerativo, porque no solo intentamos trabajar entendiendo los complejos procesos de la naturaleza, sino que realmente siendo parte de ellos. Es así como te das cuenta de que la regeneración de la tierra (ecológica) y las personas (social) son un único y mismo proceso.

Soñamos con que más personas puedan vivir y sentir esto, que entiendan que son parte de la naturaleza, de esta red interconectada de organismos que a través de la colaboración y la co-creación trabajan por un bien colectivo.

La tierra sana, nutre, habla y enseña, es una gran maestra, solo falta volver a reconectarnos. Por esto, hemos ido abriendo nuestro proyecto a la comunidad, realizando jornadas abiertas, talleres a niños de escuelas locales y diversos tipos de encuentros.

¿Podrías explicar más en detalle las técnicas como la agricultura sintrópica, la bosquicultura y el huerto biointensivo?

En las instalaciones  / cedida
En las instalaciones cedida

Hemos ido aprendiendo y poniendo en práctica diversas técnicas agroecológicas a lo largo de estos años, partimos experimentando con un huerto biointensivo, largos camellones de bellas hortalizas que requerían de largas horas de trabajo luchando contra malezas. Al tiempo fuimos conociendo y aprendiendo sobre los llamados "bosques comestibles", tal como dice su nombre, son bosques diseñados para producir alimentos, nos fuimos entusiasmando con esta técnica, nos hacía más sentido. Año a año los árboles iban creciendo, dando sombra y frutos, así conocimos la agricultura sintrópica. Decidimos ir a estudiarla para luego experimentarla, una técnica que a través del diseño y la poda acelera los procesos de la naturaleza, jugando con los diferentes estratos y ciclos de vida de árboles y plantas, con la sintropía le perdimos el miedo a la diversidad y densidad, dos factores claves para crear bosques equilibrados.

Y así vamos aprendiendo, practicando, mezclando y experimentando diversas técnicas agrícolas que trabajan en armonía y respeto con la naturaleza y todos sus seres.

¿Qué tipo de productos artesanales elaboran y cómo se diferencian de los productos convencionales?

Todo ha sido parte de un proceso muy orgánico, después de varias temporadas buscando, investigando, desaprendiendo y aprendiendo, hoy, gracias a todas esas manos y energías, se manifiesta la abundancia en el bosque, y cuando hablo de abundancia me refiero a insectos, aves, colores, formas y sobre todo frutos. Hoy caminamos por un pequeño gran bosque rodeados de duraznos, ciruelos, higos, membrillos, peras y tomates, entre muchos otros. Con esto, surgió la necesidad de conservar y aprovechar estos frutos, fue así como comenzamos a indagar rescatando recetas y sabores de la zona. Nunca pensamos que terminaríamos vendiendo estos productos, pero comenzamos a darnos cuenta de que podíamos entregar un producto diferente al que se encuentran en los supermercados, productos con ingredientes reales. Así al poco tiempo creamos un centro de elaboración, nuestro laboratorio, donde junto a la Lore y Doris -mujeres de la comunidad-, transformamos estos frutos en deliciosas mermeladas, salsas, conservas y dulces de membrillo, los cuales vendemos en Mulchén y en diferentes puntos de venta en Santiago.

¿Cómo fomentan el intercambio de saberes dentro de la comunidad?

El año 2020 tuve por primera vez en mis manos un tesoro, un extraño poroto anaranjado con delicadas líneas rojas que dibujaban su contorno, jamás había visto algo así, fue sin duda amor a primera vista. Quería saber más, aprender más,

Así comenzó un nuevo viaje, aprendiendo, buscando, intercambiando y cultivando semillas de las más diversas formas, colores, tamaños y sabores, no dejaban de sorprender, hasta el día de hoy. 

Y por alguna razón sentí que debía protegerlas, y por esto parte importante de Bosque Matilde se dedica no solo a cultivarlas, sino que a ser guardianes de semillas y hacernos cargo de lo que ello implica.

Las semillas están en peligro, hemos perdido más del 75% de la diversidad genética de los cultivos los últimos diez años, debido a una industria agrícola que nos ha llenado de semillas transgénicas, tóxicas y dependientes de paquetes de agroquímicos para su sobrevivencia. En esta búsqueda entendí algo muy importante, cuando desaparece una variedad, junto a ella desaparece el conocimiento, desaparece la herencia histórica de todas aquellas manos quienes generación tras generación las han cuidado y cultivado. No hay cultivo sin cultura, ni cultura sin cultivo, se necesitan mutuamente.

 Es por eso que debemos de luchar para preservarlas y para esto necesitamos a la comunidad, necesitamos ser una gran red de guardines de semillas, guardianes de la naturaleza.

¿Han realizado actividades en Mulchén?

El año pasado decidimos aventurarnos y realizar el primer intercambio de semillas y saberes en la plaza de Mulchén, fue una gran experiencia, donde poco a poco se fue armando un pequeño grupo alrededor de un círculo, cada uno traía consigo sus tesoros. No solo intercambiamos semillas, sino que sonrisas, historias, conocimientos y sueños, hablamos de la importancia de las semillas y nuestro deber como guardianes. En este primer encuentro sembramos una semilla curiosa e inquieta en quienes participaron, con ganas de seguir aprendiendo, de juntarnos, de armar red, había mucha motivación.

Fue así como unos meses más tarde decidimos hacer un segundo encuentro, esta vez también en un espacio público, en el Parque Las Canoas de Mulchén. Iniciamos el encuentro con una potente sonoterpia de nuestra amiga Deysi, en símbolo de rito y gratitud hacia la madre tierra, su abundancia y sabiduría.

Fue realmente emocionante ver a nuestra pequeña red nuevamente reunida, con más diversidad de semillas y nuevas historias, viejas y nuevas caras reunidas con ganas de mostrar y compartir los tesoros exhibidos sobre mantas en el parque.

Estamos con mucha energía creando en conjunto, contagiándonos uno a los otros, con el sueño de seguir tejiendo y expandiendo esta fuerte y hermosa red de guardianes de la naturaleza, y como dijo Matilde de "caminar con los pies en la tierra".

En Mulchén / cedida
En Mulchén cedida

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