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De acuerdo con la información entregada por Esteban Krause, director regional de Conaf, se trata de un foco activo que avanza en una zona de alta complejidad geográfica, lo que ha exigido reforzar los esfuerzos en terreno.
El incendio de Alto Biobío se ubica en un sector cordillerano donde la topografía complica el acceso. Según Conaf, el foco se desarrolla a 1.600 metros de altura, a diez kilómetros de la frontera con Argentina, con una estimación preliminar de 25 hectáreas consumidas.
La pérdida de araucarias —una especie protegida y de alto valor ecológico— y de vegetación propia del ecosistema cordillerano refuerza la preocupación por el daño ambiental que deja este tipo de emergencias.
Desde Conaf insisten en que evitar nuevos focos es sustancial para reducir el riesgo de tragedias humanas y ambientales. Krause recalcó que la ciudadanía cumple un rol fundamental para disminuir la ocurrencia de incendios en plena temporada de altas temperaturas.
El organismo reiteró que las condiciones meteorológicas actuales favorecen la propagación del fuego, por lo que cualquier descuido —quemas no autorizadas, colillas, fogatas o manejo inadecuado de maquinaria— puede derivar rápidamente en emergencias de alta magnitud.
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