Policial y Judicial

Crimen organizado crece en un 35% en la región: informe revela alza en corrupción, armas y ciberdelincuencia

La región concentra más de un tercio de los delitos de criminalidad organizada de la macrozona sur. Los Ángeles, Concepción y Coronel lideran en frecuencia, mientras Contulmo, Santa Bárbara y Quilleco registran los mayores aumentos porcentuales.

Operativo Carabineros - PDI, Ministerio Público
Operativo Carabineros - PDI / FUENTE: Ministerio Público

El crimen organizado no solo llegó a la región, sino que se está instalando de forma estructural. Así lo advierte el Informe Nacional de Crimen Organizado 2024, elaborado por el Centro de Estudios en Seguridad y Crimen Organizado de la Universidad San Sebastián (USS), que reveló un incremento de 35% en los delitos asociados a estas organizaciones en la zona entre 2022 y 2024.

El director del centro, Luis Toledo, explicó que el estudio se basa en los boletines estadísticos del Ministerio Público, que reúnen todas las denuncias ingresadas a nivel nacional.

A partir de esos registros, los investigadores seleccionaron 74 delitos vinculados directamente con el crimen organizado, agrupados en ocho dimensiones: drogas, armas, corrupción, ciberdelincuencia, organizaciones criminales, delitos financieros y otros ilícitos complejos.

LA SITUACIÓN EN CIFRAS

A nivel nacional, los delitos asociados al crimen organizado aumentaron en más de 30% durante el periodo analizado. Las dimensiones con mayor crecimiento fueron corrupción, control de armas y ciberdelincuencia, mientras que las drogas siguen siendo el fenómeno más prevalente, con 245 casos por cada 100.000 habitantes.

La macrozona centro concentra el 60% de los delitos. Sin embargo, el mayor crecimiento relativo se observa en la macrozona sur, desde Biobío a Magallanes, donde los casos subieron a 506 por cada 100.000 habitantes, lo que equivale a un alza de más de 50%.

Dentro de ese escenario, la región del Biobío aporta cerca de 8% de los delitos de criminalidad organizada a nivel nacional, pero representa más de 35% de los registrados en toda la macrozona sur.

El informe revela, además, que las comunas con mayor frecuencia de delitos son Concepción, Los Ángeles y Coronel, mientras que, al considerar la tasa ponderada por habitantes, destacan Mulchén, Arauco y Cabrero.

Las mayores alzas porcentuales se registraron en Contulmo (192%), Santa Bárbara (167%) y Quilleco (155%), mientras que las menores variaciones se observaron en Negrete y Curanilahue.

LOS ÁNGELES ENTRE LAS 50 COMUNAS MÁS AFECTADAS

El informe del Centro de Estudios en Seguridad y Crimen Organizado ubica a Los Ángeles entre las 50 comunas con más delitos asociados al crimen organizado en el país.

Según el experto, la ubicación geográfica y conectividad vial de Los Ángeles la convierten en un nodo logístico clave del sur de Chile.

"La ciudad articula rutas como la Ruta 5 Sur, los accesos por Mulchén, Nacimiento y Angol, además de las vías hacia Argentina por Antuco. Esa posición estratégica, con pasos internacionales y conexión con rutas interiores, la transforma en un tránsito ideal para el tráfico de drogas, contrabando y armas".

Director del Centro de Estudios en Seguridad y Crimen Organizado de la USS, Luis Toledo.

Con más de 200.000 habitantes, Los Ángeles es la segunda ciudad más poblada del Biobío y combina zonas urbanas densas con extensas áreas rurales. Esta mezcla genera condiciones propicias para la instalación de redes delictivas.

El dinamismo económico también aparece como un factor determinante. La presencia de empresas forestales, agrícolas y de transporte, junto con el constante flujo de bienes y carga pesada, crea un contexto donde las operaciones ilícitas pueden camuflarse dentro de circuitos legales.

A lo anterior se suman condiciones sociales y comunitarias que aumentan la vulnerabilidad frente al crimen organizado. Si bien Los Ángeles presenta una tasa de pobreza menor al promedio regional —de 9% frente a 10,6%—, existen altos niveles de desigualdad interna y barrios marcados por vulnerabilidad social y presencia de microtráfico.

Finalmente, el académico plantea que la presión policial concentrada en el Gran Concepción podría estar generando un "efecto globo" en la dinámica criminal.

CÓMO ENFRENTAR EL CRIMEN ORGANIZADO

El crecimiento sostenido del crimen organizado no solo se traduce en más delitos, sino también en consecuencias sociales, institucionales y económicas de largo alcance. Según Toledo, la gravedad del fenómeno dependerá directamente de la capacidad del sistema de justicia penal para responder de forma oportuna y efectiva. Si el sistema actúa de forma eficiente, la ciudadanía mantendrá la confianza en sus instituciones.

El académico agregó que una de las principales consecuencias del avance del crimen organizado es la normalización del miedo y la violencia.

"Las personas dejan de confiar en sus autoridades y se naturaliza la violencia armada. Ese es el escenario más preocupante: cuando la ciudadanía se acostumbra a vivir con temor y deja de denunciar", señaló.

Toledo indicó que la expansión de estas redes genera fracturas sociales, pérdida de confianza en las instituciones locales y estigmatización territorial, lo que termina impactando negativamente en la economía y el turismo de las zonas más golpeadas.

El aumento de 200% en los casos de corrupción en la región del Biobío también es una señal de alerta. El investigador enfatizó que Chile enfrenta una crisis de legitimidad institucional y una creciente saturación del sistema de justicia penal.

"La ciudadanía percibe que entre la ocurrencia de los delitos y la respuesta judicial existe una brecha cada vez más amplia. Y esa distancia es la que permite que las redes criminales se fortalezcan", sostuvo.

PROPUESTA FRENTE A LA CRISIS

Consultado sobre cómo enfrentar el fenómeno, Toledo planteó que el crimen organizado no puede eliminarse por completo, pero sí controlarse y hacer retroceder su avance mediante políticas basadas en evidencia.

"Ninguna sociedad en el mundo ha logrado erradicarlo totalmente, pero sí es posible contenerlo con estrategias inteligentes, sostenidas en el tiempo y territorialmente focalizadas", explicó.

El académico propone un enfoque integral, con medidas diferenciadas a corto, mediano y largo plazo, priorizando las comunas donde la ciudadanía percibe mayor impacto.

Asimismo, agregó que se requiere fortalecer la inteligencia y la persecución financiera, porque estas organizaciones persiguen ganancias ilícitas que siempre terminan reflejándose en algún punto del sistema económico.

Finalmente, destacó la urgencia de desarticular logísticamente las redes dedicadas a infringir la Ley de Control de Armas e implementar tecnología con la finalidad de conocer sus movimientos financieros.




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