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La situación se originó por la difusión de informaciones que advertían sobre llamados de la ciudadanía que no habrían sido atendidos y emergencias que no habrían recibido respuesta durante las últimas semanas.
Las versiones iniciales señalaban que en los turnos de noche quedaba solo un telefonista para cubrir las llamadas provenientes de la provincia de Biobío y de sectores limítrofes de Ñuble, Malleco y Concepción.
Este escenario, según advertía la nota que citaba fuentes ligadas a la seguridad pública y a usuarios del sistema, estaría generando retrasos en la respuesta policial.
En un punto de prensa realizado durante la mañana de este jueves, el prefecto de Carabineros de Biobío, coronel Marcelo Salas, negó categóricamente la información, al asegurar que la Cenco cuenta actualmente con 25 funcionarios —entre civiles y uniformados— distribuidos en roles de telefonistas, despachadores, jefes de turno y un supervisor.
El oficial destacó que la Primera Comisaría de Los Ángeles ocupa posiciones relevantes a nivel nacional en cuanto a número de detenciones por robo en lugar habitado, robo en lugar no habitado y robo de vehículos, lo que, a su juicio, demuestra la eficacia del sistema de coordinación operativa.
Durante la conferencia de prensa se exhibieron registros de asistencia —de carácter reservado— que daban cuenta de ciertas falencias en la dotación de la central.
En esa línea, Salas reconoció que aún está pendiente la contratación de dos operadores telefónicos, quienes serán incorporados mediante concurso público, aunque su nombramiento depende de la central de Santiago.
Sin embargo, aseguró que mientras se concreta ese proceso, los puestos vacantes se cubren con personal civil y de seguridad, bajo las órdenes de la prefectura.
Asimismo, aclaró que no se han eliminado los descansos de fin de semana ni los francos del personal civil y uniformado, con lo que desmintió versiones planteadas por fuentes del interior no identificadas, que advertían sobre esas medidas.
El tema surgió a raíz de un grupo de denuncias de la ciudadanía, que advertían sobre largos tiempos de espera en la línea 133, retrasos en la derivación de patrullas y riesgos de error humano por la sobrecarga de trabajo en los turnos nocturnos.
También advirtió sobre el impacto psicológico que enfrenta el personal debido a la alta carga laboral y a la naturaleza de los casos que deben atender.
En este contexto, cabe recordar que la central de comunicaciones de Carabineros cumple un rol clave en la gestión de emergencias: recibe, clasifica y despacha requerimientos hacia Carabineros, Bomberos, el Sistema de Atención Médico de Urgencia (SAMU) y el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).
Su funcionamiento es considerado el "corazón" de la respuesta inmediata frente a delitos, accidentes de tránsito, emergencias médicas y catástrofes naturales.
El prefecto llamó a la comunidad a mantener la tranquilidad, al asegurar que la central "funciona con la dotación necesaria y en coordinación con las unidades de servicio".
Mientras tanto, el proceso de contratación de los nuevos operadores telefónicos seguirá dependiendo de los plazos administrativos en Santiago, lo que mantiene abierto el debate en la comunidad respecto de si la dotación actual es suficiente para responder a todos los llamados.
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