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A partir de este mes, Carabineros de Chile comenzará a usar pistolas Taser, armas no letales que provocan una inmovilización neuromuscular a sus objetivos.
La medida, que ha generado una variedad de reacciones en el ámbito político y de seguridad, se limitará, al menos en una fase inicial, a casos relacionados con violencia intrafamiliar (VIF).
El subsecretario del Interior, Luis Cordero, destacó ayer en un punto de prensa que el plan piloto se llevará a cabo en la Región Metropolitana y que se ajustará a las características y el perfil del uso de esta arma en delitos vinculados a la VIF. "El protocolo, tras un periodo de trabajo y diálogo con Carabineros, ha sido finalmente aprobado", señaló Cordero, sin dar detalles sobre el número exacto de pistolas Taser que serán adquiridas. La información respecto a la licitación de equipamiento se dará a conocer en las próximas semanas, una vez que Carabineros concrete el plan de adquisiciones.
En la misma línea, el presidente de la comisión de seguridad del Senado, Iván Flores (DC), expresó su preocupación por las limitaciones de la medida. Según Flores, restringir el uso de este tipo de armamento a casos de violencia intrafamiliar reduce significativamente la utilidad de la pistola Taser en el contexto de la creciente delincuencia en el país. "La violencia intrafamiliar es solo una parte del problema. Otros países han utilizado esta tecnología con éxito en diversos contextos delictivos", señaló el senador.
La implementación de las pistolas Taser marca un paso significativo en el esfuerzo por reforzar la seguridad pública en Chile, pero también plantea un debate sobre las mejores estrategias para enfrentar la creciente violencia en el país. Con las reacciones de las autoridades aún divididas, la medida será observada de cerca durante su periodo de prueba en la Región Metropolitana.
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