La historia tras el accidente protagonizado por funcionario policial en Canteras

Hacía ocho meses que no venía a Los Ángeles y lo hizo para acudir a la formalización del funcionario policial que, el 27 de julio de 2015, protagonizó un fatal accidente en la ruta que une las localidades de Canteras y Tucapel.

Una colisión entre un vehículo policial y un automóvil particular dejó como saldo una menor de 11 años fallecida y otras cinco personas con heridas de diversa consideración.

El accidente se habría producido por un traspaso de eje de la calzada por uno de los vehículos participantes y la obstrucción de pista; en este caso, habría sido por parte del vehículo fiscal, el que se desplazaba hasta la localidad de Tucapel a dejar personal para cubrir servicios en el retén que se emplaza en el lugar.

En el vehículo particular se desplazaba la hija de 11 años de Millaray Cea, quien murió en el accidente, su ex esposo y un hijo de 17 años, quien resultó con heridas de gravedad que lo mantienen con serias secuelas hasta el día de hoy.

La mujer relató a La Tribuna parte del proceso que le ha tocado vivir ad portas de cumplirse un año de aquel incidente.

“Todo ha sido muy complejo, muy complicado. Mi hijo que sobrevivió al accidente quedó con secuelas graves; ha sido operado varias veces”, relató la mujer.

Para Cea y su familia el camino ha sido arduo; han debido costear todo con recursos propios y con la ayuda de la empresa donde trabaja.

“Mi hijo sigue complicado y esto no ha mermado en ningún momento. Vamos a cumplir un año del accidente y todavía quedan operaciones por hacerle”, relató Millaray.

Ocurrido el accidente, permaneció dos días y medio internado en la Clínica Los Andes y otros 24 en el Hospital Base de Los Ángeles.

El pronóstico de vida para su hijo no era del todo alentador; “el 11 de septiembre lo dieron de alta para que lo trajéramos a la casa o para que lo lleváramos a algún centro de rehabilitación”, relató la mujer.

Ese mismo día comenzó el proceso de rehabilitación y, con ello, continuaron los cambios para una familia que debía reponerse ante lo sucedido, debiendo iniciar una nueva en Santiago.

Según relató su madre, el joven se encuentra con un daño neurológico permanente; “está postrado, no conoce su entorno, no sabe que somos sus papás. Sólo duerme y despierta”, relató Cea.

Los avances son lentos y costosos. Mensualmente destinan más de 4 millones de pesos en rehabilitar al joven; requiere de kinesiólogos, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, un fisiatra, una neuróloga.

“Su rehabilitación es incierta porque si bien del cerebro se conocen muchas cosas, cada día uno aprende cosas nuevas y cada persona es diferente. Eso hace que la familia esté al 100% de lo que pasa con él”, relató la afectada.

El día del accidente no sólo su hijo resultó con secuelas; la pequeña hija de Millaray falleció. ¿De dónde se saca la fortaleza para continuar?

“Ha sido tremendamente difícil, el tener que seguir avanzando pese a la pérdida que sufrimos porque hay que seguir con la vida, con la vida de mi hijo. Había que sacarlo adelante, había que hacerlo sobrevivir de este accidente; ha sido una fortaleza enorme. Verlo despertar solamente para mí ha sido un regalo de Dios”, relató Millaray.

La semana pasada, el efectivo policial fue formalizado por el Ministerio Público por el delito de cuasidelito de homicidio y lesiones.

Tras la audiencia, realizada en el Juzgado de Garantía de Los Ángeles, el hombre quedó con firma quincenal y se decretaron dos meses para la investigación.