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La Tribuna

Coltaulco y Riachuelo: la historia de los dos caballos policiales

por Marcos Sarmiento

La relación que un jinete puede alcanzar con su equino es tan fuerte como la de un guía con su perro.

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Para quien disfrute de la compañía de los animales, trabajar con ellos puede ser una experiencia gratificante y enriquecedora.

Es el caso del sargento 2º Moisés Franco y el cabo 2º Jean González; ambos tienen a su cargo a dos de los cuatro caballos que prestan servicios al interior de Carabineros de Chile, en la comuna de Los Ángeles.

Ambos concuerdan que trabajar con ellos es reconfortante y los describen como animales tan leales y nobles como los perros.

Dentro de sus carreras como carabineros, ésta es la primera vez que laboran con caballos y concluyen que es una linda experiencia, marcada por ese vínculo que sólo existe entre el animal y su jinete.

Al igual que otros animales, Coltaulco (9) y Riachuelo (8) únicamente obedecen a sus jinetes y no se mueven a menos que ellos se lo ordenen.

Dentro de la provincia de Bío Bío, son 29 los caballos que prestan servicios en Carabineros de Chile y la mayoría están destinados a la Sección de Frontera.

La relación que un jinete puede alcanzar con su caballo es tan fuerte como la de un guía con su perro; con el paso de los años, se convierten en sus mascotas, en parte de la vida de los funcionarios policiales, crean lazos importantes.

Pueden trabajar un máximo de ocho horas al día y, por reglamento, cada 30 minutos el jinete debiera descender de su caballo para que ambos puedan descansar.

CARACTERÍSTICAS

El capitán del escalafón de veterinaria de la Prefectura de Carabineros de Bío Bío, Juan Miguel Carrillo, explicó que la Institución ha definido dos funciones fundamentales en los caballares que la conforman.

Están los equinos que prestan servicios en las ciudades y los que son destinados a ejecutar labores de frontera; esto es lo que determinará la raza que se utiliza.

En el caso de los primeros, Carrillo explicó que “son mestizos Holsteiner, que es una raza alemana y que tiene una mayor alzada por la utilización que tienen a nivel preventivo en la función policial”.

Los de frontera, “son equinos mestizos chileno, que cuentan con una menor alzada pero son más rústicos; tienen menos requerimientos nutricionales, son más ágiles en la frontera. Por lo tanto, son menos peligrosos y trabajan de mejor manera a nivel de cordillera”, expresó el profesional.

En ambos casos, la labor que realizan apunta –principalmente- a trabajos preventivos.

En el caso de los que trabajan a nivel de cordillera hay que sumarle las labores de resguardo de soberanía. Aquellos que lo hacen en las urbes, en tanto, a su trabajo es necesario agregar la imagen institucional.

“Son funcionarios que –por la altura- se distinguen fácilmente en el ambiente urbano, tienen una mejor visión del sector que están patrullando”, explicó Carrillo.

A nivel de cordillera, el escenario en el que se desenvuelven es totalmente distinto; esto, porque deben enfrentarse a largos patrullajes y a sectores donde funcionarios policiales no pueden acceder en vehículos motorizados o con otro medio de transporte. Por lo mismo, el caballo cumple una función primordial.

“Tienen, además, que recorrer los hitos; hay patrullajes de 8 ó 10 horas. Incluso, tienen que pernoctar en el sector; el caballo -para eso- es fundamental”, expresó el médico veterinario.

CUIDADOS

Carrillo expresó que a los carabineros siempre les habla respecto del origen de estos animales a fin de que entiendan y puedan conocer su comportamiento y necesidades.

A modo de ejemplo, relató que en el caso de los equinos de frontera, sus jinetes deben tener mucho cuidado con lo que es su alimentación.

“Para ellos, el uso del caballar institucional a nivel de frontera no altera tanto su comportamiento natural ya que el caballo está hecho para caminar largos periodos sin mayor problema. Su fisiología no se altera demasiado”, detalló Carrillo.

Sin embargo, siempre será importante que el animal consuma la suficiente agua y que no se agite demasiado en zonas donde hay pendientes.  

En zonas urbanas, el cuidado debe ser aún mayor puesto que la evolución del equino no está ligada a las grandes urbes; en este sentido, el piso de cemento, los ruidos de los motores y los movimientos bruscos que hace la gente obligarán al jinete a tener una preparación aún mayor.

A raíz de lo mismo, los jinetes deben capacitarse una vez al año, con nuevas técnicas, sistemas, cuidados y mayor información. Todo ello, para que el servicio que presten junto a sus caballos sea el más adecuado.

Los caballos que prestan servicios en las ciudades deberán utilizar zapatos de goma para que no se resbalen en el cemento y no reciban tantos golpes al momento de caminar.

Carabineros de Chile cuenta con un reglamento que estipula los cuidados que deben tener los caballos.

En este sentido, los equinos son alimentados tres veces al día; en la mañana, en la tarde y en la noche.

Durante o posterior al patrullaje, el jinete debe bajarse del animal y soltarle la silla para que pueda descansar; además, debe hidratarlo por lo menos tres veces al día.

Cuando vuelven de sus patrullajes, funcionarios policiales deben sacarle las sillas a los caballos y realizarle aseo; idealmente deben bañarlo, secarlo y escobillarlo.

Todo ello apunta, básicamente, a disminuir las posibilidades y riesgos de que el caballo contraiga alguna enfermedad.

Los controles veterinarios son igualmente esenciales; una vez al mes son revisados por un médico. El manejo sanitario, las desparasitaciones y las vacunas están todas reglamentadas.

PROCESO DE FORMACIÓN

Los caballos que forman parte de Carabineros de Chile pueden ser criados o comprados; en general, los que llegan a las ciudades son criados en las aras de la Institución.

Desde que nacen y hasta los tres años de vida, se mantienen en un adiestramiento constante por profesionales. A los seis meses son presentados al ser humano para que les vayan perdiendo el miedo.

A los tres años son destinados a las distintas prefecturas, donde son entregados a los jinetes de las respectivas unidades.

En el caso de los que llegan a las ciudades, cada jinete será responsable de su caballo y de conocer su temperamento, además de todos los datos del animal, del cuidado y la alimentación que deben tener.

En el caso de las fronteras, es diferente ya que el personal policial va cambiando constantemente.

Los caballares pueden servir a Carabineros de Chile y a la comunidad hasta por 20 años; posteriormente, pueden ser destinados a las aras de la institución o ser comercializados en las ferias. Existe la posibilidad de que puedan quedarse con sus jinetes, pero no es un escenario frecuente.

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