Regístrate Regístrate en nuestro newsletter
Radio San Cristobal 97.5 FM San Cristobal
Diario Papel digital
La Tribuna
Columnista

Darle al prematuro un buen comienzo para un futuro brillante

PhD. Karen Irribarra

Docente asociado de Obstetricia y Puericultura
Universidad Central sede región de Coquimbo

por PhD. Karen Irribarra

Cada 17 de noviembre se conmemora el Día Mundial del Niño Prematuro, una fecha que nos invita a reflexionar sobre los desafíos y avances en la atención de quienes llegan al mundo antes de tiempo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada diez nacimientos a nivel mundial es prematuro, lo que equivale a cerca de 15 millones de bebés al año. Esta realidad global nos interpela a seguir construyendo sistemas de salud y redes de apoyo que aseguren a cada recién nacido un inicio de vida digno y protegido.

El nacimiento prematuro marca un comienzo lleno de incertidumbres, pero también de esperanza. Gracias al desarrollo de la neonatología y al enfoque interdisciplinario en salud, la sobrevida de los prematuros ha mejorado de manera sostenida. Sin embargo, el verdadero desafío comienza tras el alta hospitalaria: garantizar un seguimiento a largo plazo que promueva su desarrollo físico, neurológico y emocional. Cuidar a un prematuro no termina en la incubadora, sino que se prolonga en el tiempo, acompañando su crecimiento y su integración familiar y social.

En nuestra región, el trabajo interprofesional ha sido un pilar fundamental. Neonatólogos, matronas, enfermeras, kinesiólogos, fonoaudiólogos, nutricionistas, terapeutas ocupacionales y psicólogos suman esfuerzos en torno a un objetivo común: ofrecer una atención centrada en el desarrollo y en la familia. Sin embargo, este gran trabajo no solo pertenece a los equipos de salud; detrás de cada niño prematuro hay una familia que sostiene, estimula y lucha incansablemente. Son madres, padres y cuidadores que aprenden a leer cada gesto, a confiar en los pequeños avances y a celebrar cada logro, contribuyendo de manera incalculable a que cada día estos niños y niñas progresen más.

Reconocer y fortalecer esta alianza entre los equipos de salud y las familias es esencial para asegurar que el acompañamiento sea integral, humano y sostenido. Invertir en programas de seguimiento, capacitación profesional y apoyo familiar no es solo una acción sanitaria: es una apuesta ética y social por el futuro.

Porque darle al prematuro un buen comienzo significa también valorar a quienes lo acompañan desde el primer respiro, construyendo juntos un futuro más brillante, equitativo y esperanzador.

PhD. Karen Irribarra

Docente asociado de Obstetricia y Puericultura

Universidad Central sede región de Coquimbo

Síguenos: Google News
banner redes
banner redes banner redes banner redes banner redes banner redes

¿Quieres contactarnos? Escríbenos a [email protected]

Contáctanos
EN VIVO

Más visto