En el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemora este miércoles 10 de septiembre, es crucial reflexionar sobre un tema que afecta a uno de los grupos más vulnerables de nuestra sociedad: las personas mayores. Aunque comúnmente se asocia el suicidio a jóvenes entre los 15 y 29 años, es alarmante ver que la tasa de mortalidad por suicidio en personas mayores de 60 años ha aumentado considerablemente en la última década.

Según datos del Ministerio de Salud, la tasa de suicidio en personas de 80 años y más es de 15 por cada 100 mil habitantes.

Entre los factores de riesgo que pueden llevar a una persona mayor a considerar el suicidio se encuentran la soledad, el aislamiento social, la vulnerabilidad social, la falta de redes de apoyo y el edadismo —o discriminación por la edad—. Además, la depresión es un factor clave, ya que afecta a 1 de cada 5 personas mayores.

Es fundamental que la sociedad continúe protegiendo y garantizando los derechos de las personas mayores, incluyendo el acceso a la salud, a la protección social, a la seguridad económica y a la no discriminación.

Desde el ámbito de la Atención Primaria de Salud de Los Ángeles destacamos el rol que ha tenido el programa "Más adultos mayores autovalentes", presente en nuestros siete Cesfam  y que apunta a fomentar la autonomía física y cognitiva de nuestras personas mayores, así como a promover en ellas acciones de autocuidado y prevención. Pero, tan importante como lo enumerado, esta iniciativa facilita la participación social y la asociatividad entre pares, lo cual ha resultado ser un factor protector muy relevante de la salud mental.

Es urgente que todos nos unamos para abordar esta problemática y brindar apoyo a quienes más lo necesitan. Debemos trabajar juntos para crear una sociedad más inclusiva y solidaria, donde las personas mayores se sientan valoradas y respetadas.

Fernando Muñoz Fonseca

Kinesiólogo, especialista en geriatría y gerontología

Dirección Comunal de Salud