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La Tribuna
Columnista

Debemos incentivar las fiestas costumbristas para rescatar nuestro patrimonio

Jorge Rivas Figueroa

Administrador Público
Licenciado en Ciencias Políticas

por Jorge Rivas Figueroa

La reciente "Feria del Queso y La Miel en Negrete" y "la Api Expo en Santa Bárbara", son dos buenos ejemplos de cómo estas actividades son vitales para el desarrollo de nuestro territorio, no solo porque son importantes para la economía de las comunas, sino también, porque tienen un fuerte impacto en materia cultural y turística.

Cada vez que se piensa en actividades como estas, debemos considerar el incansable trabajo de los funcionas municipales que, si bien reciben un sueldo por su trabajo, lo cierto es que ponen todo su esfuerzo en lograr una fiesta que deje en alto el nombre de pueblo y de su gente.

Desde el punto de vista de la economía local, una Feria Costumbrista es una instancia donde ésta cobra un fuerte impulso.

Si bien, la idea es potenciar a los emprendedores y emprendedoras del territorio donde se desarrolla la fiesta, la gran mayoría de los alcaldes y alcaldesas considera incluir, también, a negocios de otras comunas, lo que genera un intercambio económico y cultural importante para estas familias.

Cada vez que se realizan estas ferias, la presencia de público durante el día y la noche inyecta una cantidad de recursos importantes, lo que genera movimiento y dinamismo, lo que implica mayor cantidad de circulante.

Pero reducirlas, solo a lo económico, es no entender nada. El constante flujo de turistas y de familias implica un intercambio cultural en cada diálogo entre los locales y las visitas.

Por ejemplo, las familias que visitaron Negrete aprendieron de la producción de quesos y de miel, pero también conocieron la comuna y sus lugares turísticos. Lo mismo ocurre en Santa Bárbara, que no solo da cuenta de sí, sino también, de ser la puerta de entrada al territorio cordillerano de la Región del Biobío.

Muchos de los visitantes descubrieron que "Santa", como le llamamos los habitantes de este territorio, es la "Capital Nacional de la Miel" y que, desde esta se producen, además, otros productos como propóleo y ceras. Pero también que la miel es un súper alimento y que la polinización de las abejas es vital para la sobre vivencia de la especie humana.

He usado solo dos ejemplos de lo que implica y significa una feria costumbrista en nuestra región, pero no puedo dejar de usar un tercer ejemplo, pues, por mucho que quieran borrarlo, la historia debe estar siempre escrita, para que no se olvide.

Durante mis tres periodos como alcalde de Mulchén realizamos la llamada "Fiesta del Trigo", una instancia que si bien, era valorada por los emprendedores de mi comuna y las cercanas, era resaltada en la prensa como un momento cultural que reunía entre 10 mil y 15 mil personas por día.

Tres días de una actividad donde la inversión municipal y la rentabilidad social de la misma era superada cada año por la cantidad de turistas, que no solo habían gastado recursos para estar, sino que también se llevaban, en su conocimiento, nuevas historias sobre lo que significa una trilla y sobre el glorioso "Granero de Chile", porque era en nuestro territorio donde se cultivaba el trigo.

Las fiestas costumbristas son parte de esencial de nuestro Chile y debemos potenciarlas para apoyar las economías locales, empoderar la industria del turismo y para entregar y dar a conocer nuestra cultura a los visitantes.

Hay que hacerlas en invierno y en verano y debemos, como autoridades elegidas democráticamente, incentivarlas a través de leyes que rescaten nuestro patrimonio.

Jorge Rivas Figueroa

Administrador Público

Licenciado en Ciencias Políticas

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