Este domingo se realizan en Chile las elecciones primarias para definir a los candidatos que llegarán a la papeleta para las elecciones presidenciales y parlamentarias del próximo 16 de noviembre.

De acuerdo con la legislación vigente, estas elecciones primarias carecen de obligatoriedad, pero no por eso dejan de ser fundamentales para el futuro de nuestra democracia, pues lo que está en juego son los nombres que llegarán a noviembre y, de ellos, saldrá la próxima o el próximo presidente de la República de Chile.

En cada proceso eleccionario el voto es fundamental, pues es el momento en que los ciudadanos y ciudadanas traspasan la soberanía a los futuros gobernantes de un territorio y, para ello, se debe cumplir a cabalidad con los atributos del mismo, que traducidos del sistema legal a la vida cotidiana implican un voto informado, libre, secreto y seguro; cumpliendo así, con el requisito de la legalidad.

Pero para que el voto se transforme en legítimo, es decir que cumpla con un correcto traspaso de la soberanía, este también debe contar con una participación activa de los votantes.

En Chile pueden votar las personas mayores de 18 años que cumplan con los requisitos legales y que estén en los padrones electorales que entrega el Servicio Electoral, SERVEL, antes de cada elección.

Entendida la diferencia entre lo legal y lo legítimo es imperativa la participación ciudadana y, dada la baja participación en elecciones anteriores, en Chile hemos vuelto al voto obligatorio para las presidenciales de noviembre.

Entender la importancia del voto es parte de los procesos cívicos de cada país y comprender que este es la base de la democracia es un camino que se debe enseñar desde la educación primaria, cuestión que hoy no ocurre tras la salida de la educación cívica de las mallas curriculares.

Este fin de semana, si bien no es obligatorio, la invitación es a participar pues se necesita legitimar la elección, dada su trascendencia para el futuro de nuestro país.

Por otro lado, entender el voto como una garantía recuperada tras el retorno de la democracia, es entender el sacrificio de aquellas vidas que fueron acabadas con el quiebre institucional de 1973 y de aquellos que desde la clandestinidad, el exilio y el destierro lucharon contra un gobierno que eliminó la opción de elegir a nuestros gobernantes.

Los chilenos que hemos sido parte de una historia triste y que fuimos protagonistas de la misma, tenemos como deber relatar lo ocurrido a nuestros hijos y nietos, que coartados de información precisa han sucumbido ante la carencia de educación y herramientas que les permitan tomar decisiones basadas en ellas.

El propósito de mis palabras no se basa en pedirles que voten por A, B o C, pues es facultad de cada ciudadano y ciudadana decidir por quién crea que lo hará mejor en el futuro, pensando siempre en el bienestar de todos los que habitamos el país.

Este domingo es importante votar y la idea es que lo haga pensando en que es usted quien decide. Hágalo por el país, por su futuro y el de su familia, pero si puede y quiere, hágalo también recordando y homenajeando a quienes dieron la vida para recuperar la posibilidad de votar.

Jorge Rivas Figueroa

Administrador Público

Licenciado en Ciencias Políticas