El rostro de Alí Jamenei, ayatolá iraní, dueño del poder absoluto de los persas asentados en tierras iránicas, dueño del odio y hasta hace una semana también dueño del uranio y el poder atómico que se construye en sótanos naturales bajo 60 metros de suelo rocoso y, cosa curiosa... dueño también de una hermandad internacional situada en los gobiernos izquierdistas del mundo occidental, además de los comunistas de todo el mundo, en fin, terroristas diversos, dueños de la violencia, como los que se manifiestan en el Medio Oriente, cuya presencia siempre es seguida de degollamientos públicos transmitidos por TV a todo el mundo. Vociferan al momento que sus cuchillos atraviesan gargantas en imágenes dantescas, macabras: "Alá solo Alá...".

No tengo información de si el mundo comunista e izquierdista en general, al ver esta brutalidad, también gritan "Alá" o se quedan callados. Imagino que algunos se asustan, pero en homenaje a la igualdad terminan aceptando todo. En realidad, el Che Guevara, que asesinó a miles de cubanos en el "paredón" porque se oponían a la revolución y a su vez, desde Ñancahuazú, Bolivia, proclamaba la doctrina del odio; es un niño pequeño frente a las odiosidades del ayatolá iraní que prometió, con voz fuerte y decidida, "la muerte del pueblo israelí como principio fundamental", mientras cientos de seguidores levantaban sus puños en señal de lucha eterna contra cualquier judío de Israel o del mundo. Ya lo hicieron con Argentina, luego lo harán con el resto del mundo.

Lo anterior, dramático, nos invita a meditar esta guerra. Surgen preguntas: ¿es guerra contra un estado o contra una religión? Si fuera contra una religión, ¿es posible pensar que en la realidad se enfrentan dos religiones? ¿Tiene Israel el principio occidental de mundos diversos entre estado y religión? Nosotros, los cristianos, tenemos una doctrina definida y que por siempre ha sido un punto de armonía social: "A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César". Fue la enseñanza de Jesús cuando le preguntaron por el pago de tributos al César. Por tanto, al Occidente cristiano esta duplicidad musulmana le es difícil de comprender y más complicado aún es aceptarla.

Y otra cuestión más: ¿por qué el mundo de la izquierda apoya a Irán en esta guerra? ¿Comparten la doctrina del odio? Esto último puede ser, pero llegar a los límites expresados por el ayatolá... ¿habrán ellos observado más serenamente este conflicto? ¿O tal apoyo es porque hay que destruir a Israel o hacerlo desaparecer? Hubo una alarma mundial tan enorme al conocer lo hecho por los nazis en contra de los judíos y ahora se quiere crear un nuevo holocausto. Alí Jamenei ya lo dijo: "Muerte a todos los judíos, hacer desaparecer a Israel". Si es así, ¿esta guerra es para eso o defender a los niños palestinos fallecidos en los últimos enfrentamientos? La confusión es inmensa. La guerra es violenta, y hoy el que está perdiendo es Irán. Y peor aún para ellos, hicieron estallar la libertad en ese país. Los chiitas fracasaron.

Mario Ríos Santander