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Columnista

Seguridad pública: "Está mal pelao el chancho", la realidad de la seguridad municipal

Jorge Contreras Blümel

Consultor y docente en Seguridad Pública Ciudadana
@contrerasblumel

por Jorge Contreras Blümel

He estado dedicado los últimos meses a visitar los municipios de nuestra provincia y conocer sus realidades en cuanto a sus direcciones de Seguridad Pública Ciudadana. Los ámbitos que les consulto tienen que ver con el modelo organizacional, aplicación de las normativas y atribuciones municipales, metodologías de levantamiento de evidencia territorial, las estrategias operativas preventivas y, finalmente, el compromiso de la autoridad comunal.

Partamos por el modelo organizacional, si bien hay leyes que regulan y disponen la creación de las direcciones de seguridad pública municipal, el funcionamiento de los consejos de seguridad comunal y el rol de los directores de seguridad, hay una diversidad importante de modelos que se implementan en los municipios para dar forma y estructura a sus equipos municipales. A primera vista, y desde una mirada de consultor, diríamos que está muy bien que cada gobierno comunal tenga su orgánica ad hoc que responda a sus realidades territoriales. Sin embargo, la ausencia de algunas áreas claves y roles esenciales resulta al menos llamativa. Encontramos equipos sin análisis delictual, sin conexión con las otras áreas municipales, sin elementos básicos que incorporen el ámbito preventivo municipal y con precaria formación y capacitación.

Las normativas para el funcionamiento de los municipios y sus atribuciones en materias de seguridad pública se discuten por años en el Parlamento y, lo más complejo, hay una extensa área gris donde cada autoridad municipal resuelve aplicar su propia visión de la acción preventiva municipal. Hoy, algunos alcaldes claman por más atribuciones y un rol coadyuvante para sus patrulleros municipales. Gracias a sus recursos, equipan verdaderos equipos de fuerzas especiales municipales (especialmente en la RM). Hay también casos en los que los mismos patrulleros exceden sus atribuciones y realizan persecuciones, detenciones y reducción de personas al borde de la ilegalidad. La realidad provincial es que los municipios han comenzado una incipiente conformación de sus equipos de seguridad ciudadana y que es menester que lo hagan conscientes y respetuosos de las atribuciones legales desde un inicio.

Las metodologías de levantamiento y análisis de evidencia territorial corresponden a la data y elementos de interés dentro de un territorio, que permiten obtener conclusiones e insumos para la toma de decisiones que requiere la política pública de seguridad ciudadana. Datos como cantidad de delitos, referencia geoespacial de la ocurrencia de los fenómenos sociales, cruce de variables que afectan al territorio, como la accesibilidad, transporte, salud, bienestar y muchos otros. De estos datos surgen productos concretos y rigurosos en su formulación, como: el levantamiento de la realidad de los asentamientos precarios, porcentaje de victimización, índice de inseguridad, ausencia escolar, compromiso delictual y más. Aquellas direcciones que cuentan con estos elementos básicos logran crear y proponer iniciativas basadas en diagnósticos sólidos, postulan y crean programas pertinentes y dan respuesta a las necesidades urgentes de los vecinos. La mejor forma de integrar todas estas etapas y procesos de análisis en el seno de las direcciones son los "observatorios de seguridad", unidades multidisciplinarias y fuertes en metodologías de monitoreo de la situación del entramado social.

Las estrategias operativas son las acciones directamente ejecutadas por los equipos desplegados en el territorio, ya sea en patrullajes o intervenciones. Cada estrategia debiera provenir del análisis y planificación previa al interior de la dirección (observatorio), con la concomitancia de los actores del consejo de seguridad y las instituciones colaboradoras. Aquí es donde encontramos las mayores falencias y diferencias, en cuanto a la falta de preparación y capacitación de nuestros equipos municipales. Hay una tendencia transversal de traer a los equipos municipales funcionarios policiales y de las Fuerzas Armadas que cuentan con experiencia operativa, pero que también tienen sus pros y contras. La operación en terreno es compleja, requiere planes, órdenes de servicio, disciplina, trabajo en equipo, liderazgo y un profundo conocimiento de la legislación vigente.

El compromiso de los alcaldes es el aspecto más difícil de recoger y evaluar. Es, a veces, solo político, otras, electoral y, en algunos casos, real, concreto y visible. Si pudiéramos medir el compromiso desde las propuestas de campaña, dado que son autoridades recientemente electas, en casi un 100 por ciento de los programas de campaña la seguridad pública fue la propuesta predominante. Si hoy demandamos medidas concretas a esas propuestas, encontramos municipios que no han avanzado en nada, no han organizado sus equipos de seguridad, no hay patrullajes nuevos ni tampoco planes que demuestren la estrategia a largo plazo. Hay otros que han creado planes de patrullajes, han postulado a fondos de la Subsecretaría y cuentan con sus primeras camionetas de seguridad municipal, y han conseguido bajas reales en las tasas de delitos. También hay alcaldes que no asisten a los consejos de seguridad, no lideran la política pública y, hasta ahora, no han cumplido prácticamente nada de lo prometido. En lo transversal, hay una notable falta de evidencia territorial y diagnóstico de las realidades sociales y delictuales. No se han creado observatorios ni unidades de análisis municipales. Oportunidades hay muchas para la delegación, el SEREMI y GORE, en cuanto a propuestas de asignación de recursos, programas nuevos para el mundo agrícola, forestal, ganadero y urbano. También hay espacio para el aporte a los gobiernos comunales en mejorar las competencias y dotar de medios y recurso humano capacitado a las direcciones.

El "chancho está mal pelado" —dice el chilenismo— cuando los recursos, los medios y capacidades se reparten de manera desproporcionada y sin justificación. El gobierno debe repartir mejor, los municipios deben activar las promesas de campaña, sumar evidencia y comprometerse en equiparar la cancha, para que los vecinos puedan palpar de verdad las mejoras en su calidad de vida, sin tener que mirar para el lado y ver cómo en algunas comunas las cosas mejoran y en las de ellos nada ocurre.

Jorge Andrés Contreras Blümel

Consultor y docente en Seguridad Pública Ciudadana

@contrerasblumel

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