El exprimer ministro Israel, Ehud Barak, apeló el pasado sábado 3 de mayo a la desobediencia civil de la población israelí en contra del actual primer ministro Benjamín Netanyahu. "Es necesaria la desobediencia civil. En el nombre de cientos de miles de ciudadanos, de la oposición, de los dirigentes de la economía, de las tecnológicas, los intelectuales, los alcaldes, los movimientos juveniles y el movimiento de los 'kibutz', todos lo pedimos", afirmó Barak en una entrevista en la televisión israelí.

Esta convocatoria a la desobediencia civil se produce en medio de masivas protestas que han tomado las calles de Israel durante las últimas semanas, con manifestantes exigiendo un acuerdo para la liberación de rehenes y el fin del conflicto en la Franja de Gaza.

La Filosofía del Derecho se pregunta por la cuestión de la obediencia. El derecho es obligatorio y, por tanto, todos tenemos la obligación jurídica de obedecerle. Si la obligación es sólo jurídica, puesto que se nos pide es que ajustemos a él nuestra conducta por la razón que estimemos, ¿tenemos la obligación de obedecer también desde un punto de vista moral?

Mi respuesta a esta pregunta sería que si uno le da valor moral a los fines del derecho, a saber, justicia, orden, paz y la seguridad jurídica tenemos; en principio, la obligación es moral. Y decimos, en principio, porque aunque el derecho persiga fines moralmente valiosos, tal circunstancia, como enseña Agustín Squella, no lo inmuniza contra la crítica moral, porque, no obstante, los fines que persigue el derecho no impiden que pueda entrar en conflicto con la conciencia moral de quienes le deben obediencia.

En este sentido, los conflictos entre conciencia y ley son una de las cuestiones, en materia de derechos fundamentales, más discutidas en el mundo, a veces con ocasión de reformas legislativas que conmocionan el tradicional consenso social sobre determinadas cuestiones éticas y, otras veces, al hilo del desafío que supone integrar una cultura religiosa diferente, como la islámica, en continentes como el europeo y el americano, de matriz predominante judeo-cristiana.

Dicho lo anterior, digamos que la desobediencia civil es una de las varias modalidades de desobediencia al derecho por motivos de orden moral, junto a la protesta, la objeción de conciencia y las desobediencias revolucionaria y anarquista. La desobediencia civil es un acto colectivo y público de desobediencia a una ley, a una decisión administrativa o a una política pública, con la finalidad de que estas sean dejadas sin efecto, aunque no únicamente para quienes la protagonizan de manera visible de cara a la sociedad, sino para todos los miembros de esta.

Las autoridades sanitarias palestinas informan que la campaña terrestre y aérea de Israel en Gaza ha dado muerte, a la fecha, a más de 50 mil personas, y casi un tercio de los muertos son menores de 18 años. Frente a estos datos, no cabe duda que el llamado a la desobediencia civil que hizo Barak pretende introducir una "cuña ética" en la sociedad israelí, y expresa un sentimiento de justicia que busca poner fin a la masacre que se vive en Gaza. Por lo mismo, tiene una raíz o componente moral inconfundible. A veces, se justifica desobedecer el derecho y, como ya sabemos, puede haber razones morales para hacerlo.

Mario Hidalgo Acuña

Abogado