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El Presidente de la República Gabriel Boric cumpliendo su compromiso de ir a Curanilahue, una de las comunas más afectadas por los recientes temporales, reflexionó aludiendo implícitamente a su mirada mientras se encontraba de gira internacional por Europa: "Me dio orgullo ver a un equipo y a un Estado en terreno, que ante las catástrofes reacciona rápido, y donde siempre hay que cosas que mejorar, pero la alcaldesa (Alejandra Burgos) me dijo que sintió el apoyo y compañía de las diferentes instituciones; y eso no es virtud de un gobierno solamente, es el aprendizaje colectivo que hemos tenido como Estado a partir de las características del país en el que nos toca vivir".
Las consecuencias de daños sufridos por las intensas lluvias que han dejado los sistemas frontales en la región bien lo saben las propias provincias de Arauco, Biobío y Concepción. Viviendas anegadas, damnificados, desbordes de ríos, esteros, clases suspendidas, cortes de carreteras y caminos.
Por cierto, el Jefe de Estado tiene razón en sus palabras y analiza el desenvolvimiento de esta última emergencia climática de manera sistémica y, por sobre todo, de manera generosa, con mirada de Estado.
Y cómo no, si en poco más de una década, nuestro país ha transitado por terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, aluviones, incendios forestales e inundaciones a raíz de severos sistemas frontales. Los desastres naturales han marcado fuertemente los últimos 14 años del país, incluyendo una fulminante pandemia. Pero claro, es un proceso que en una perspectiva histórica tiene también cientos de años. Un país que ha aprendido a vivir con los rigores y veleidades de la propia naturaleza, con la responsabilidad antropológica que nos cabe en aquello.
Así, mientras el mandatario realizaba labores propias de su investidura sostenido reuniones y encuentros bilaterales en Alemania (Berlín y Münich), Suecia (Estocolmo), Suiza (Lucerna) y Francia (París), en nuestro país el gobierno seguía llevando a cabo sus tareas sin dilaciones y con la mirada fija en abordar eficientemente la contingencia de los temporales que azotan la zona centro sur del país, donde la gente está en centro de las preocupaciones.
Es sano para la democracia y el funcionamiento de las propias instituciones permanentes del Estado, que cada organismo cumpla con las misiones propias encomendadas, más allá del contexto que se viva o si está o no eventualmente el Jefe de Estado en el país.
Por cierto, es justo relevar el trabajo coordinado de todas las instituciones que han participado en esta emergencia. Un gobierno liderado por el Presidente de la República, desplegado desde el minuto uno en terreno, con ministerios, subsecretarías, delegaciones regionales, provinciales y las respectivas seremis, así como municipalidades, alcaldes y alcaldesas, la propia Senapred, y las y los funcionarios de las diversas entidades públicas. Junto a ellos las labores desarrolladas por Carabineros, personal del Ejército y la Armada, a lo que se suma voluntarios de bomberos, y la propia comunidad organizada.
Se ha demostrado gobernanza y en conjunto como Estado y sociedad somos capaces de enfrentar la adversidad, colocando los intereses superiores de las y los chilenos, sus familias y hogares.
El Presidente siempre ha estado, su liderazgo lo precede y ha quedado demostrado en esta emergencia.
Jacqueline Cárdenas
Seremi de Gobierno
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