Es innegable que vivimos tiempos de cambio. Cada vez se reconoce más la importancia de visibilizar las brechas y los desafíos en materia de género, además de difundir los discursos y las trayectorias de mujeres en distintos espacios. Es en este proceso que las comunicaciones juegan un rol fundamental que invita no solamente a profesionales del área a replantear el modo en el que están masificando este mensaje, sino también a quienes hoy desde otras veredas están ejerciendo liderazgos en las principales plataformas digitales y presenciales.

Si bien, la transformación hacia la equidad y la igualdad debe cimentarse en la esfera política, económica, en la academia, en los espacios educativos y en las organizaciones (por mencionar algunos), el lenguaje también construye realidad. Es en esa línea que la comunicación con perspectiva de género se forja como un factor clave y una oportunidad para actuar desde la palabra como agentes de cambio.

¿Cuál es el punto de partida para promover un diálogo inclusivo y libre de discriminación? Para empezar, es crucial cultivar una actitud de empatía, practicar la escucha activa y observar detenidamente nuestro entorno, para comprender realidades diversas, valorando y respetando todas las voces.

Es necesario además en este camino tomar conciencia de nuestras propias percepciones, prejuicios y formas de comunicarnos. Un ejercicio sencillo es verificar si estamos reproduciendo estereotipos a la hora de expresar nuestras ideas o si utilizamos términos que cosifican, excluyen o promueven la inequidad en nuestro discurso y en conversaciones cotidianas.

En el espacio laboral,  por ejemplo, la promulgación de la Ley Karin, que sanciona el acoso laboral y sexual y la Ley 21.645, de la protección a la maternidad, paternidad y vida familiar nos situará ante nuevos desafíos a niveles transversales, ya que se necesitará una comunicación efectiva para su implementación, pues no sólo basta la legislación, deben generarse espacios esenciales que nos permitan construir una sociedad más inclusiva en la que apostemos por una visión más amplia y respetuosa.

No se trata de ser especialistas de la noche a la mañana, sino más bien de tener la voluntad de avanzar paso a paso en nuestro círculo cercano, en los contenidos digitales y en nuestro espacio de trabajo. A veces una palabra puede ser el puntapié inicial para dar comienzo a algo más grande.

Paloma Castillo, periodista y directora de contenidos de Empoderadas