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La Tribuna
Columnista

La democracia que debemos construir

Alejandro Mege Valdebenito.

por Alejandro Mege Valdebenito.
"Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares. Porque nada es tan peligroso como dejar permanecer el poder largo tiempo en un mismo ciudadano." 

Simón Bolívar.

Al salir del estacionamiento que utilizo desde hace un par de años, el cuidador que conversaba con otra persona, me pregunta: "Usted que sabe más que nosotros (ojalá, me dije) ¿Por qué opción usted cree que debemos votar en el plebiscito al que estamos obligado? La verdad es que la pregunta no me sorprendió, ya la había escuchado muchas veces cada vez que la ciudadanía con derecho a voto debía participar, obligada o no, en los procesos eleccionarios, cuando algunas personas consultan a otros, que suponen más informados o ilustrados, que le recomienden por qué o por quién votar, en este caso, por una de las dos opciones que presenta la propuesta de una Nueva Constitución, a la que estamos convocados. Sabe, le dije: aun habiendo muchas personas que ya lo tienen decidido, a pesar de no tener claro el por qué hacerlo de un modo u otro; si bien algunos lo hacen por decisión o convencimiento personal, hay otros que lo deciden inducidos por la propaganda o por los intereses o recomendación de terceros, lo que resulta ser lo mismo, para tomar la decisión de votar A favor o En contra, acto que, al momento de marcar o anular el voto,  es una decisión personal que cada uno debe tomar y que para no sentirse inducido o convencido por lo que otros piensen o sientan, hay que informarse primero. Por eso, añadí, no le puedo aconsejar porque opción votar, más si aún no lo tengo decidido y cuando lo tenga no le pediría a usted que lo haga como yo, a lo más, entregarle las razones porque lo hago y usted decida. Si coincidimos, eso me da tranquilidad, pues entiendo por ser demócrata el no imponer a otros ideas ni opciones personales, si bien podemos intercambiar argumentos, debatir ideas y antecedentes. A decir verdad, de nuevo y como me ha ocurrido tantas veces, sentí que el concepto democracia, acuñado hace muchos siglos en Atenas, al que se le asigna el significado de "gobierno del pueblo" seguía siendo solo la más bella de las utopías y que la democracia real aún hay que construirla y se edifica principalmente con educación formativa en valores y conciencia social donde la diversidad humana también tiene derechos y espacios que les deben ser reconocidos y respetados.

La democracia real e ideal es aquella donde la participación libre, consciente e informada del ciudadano es el factor más importante para lograr los cambios producto de la relación dialógica entre los gobernantes y ciudadanos para alcanzar objetivos comunes. El concepto democracia es sinónimo de libertad, de igualdad, de justicia social, de participación de las minorías y de fraternidad y lleva implícito valores, actitudes y conductas de verdad democráticas.

Siendo la democracia el modelo de gobierno en el que la soberanía reside en el pueblo, donde el conjunto de los individuos que consienten ser gobernados poseen la potestad de elegir libremente a quienes consideran los más idóneos para que los representen en la elaboración del proyecto de una Nueva Constitución no siempre están en condiciones de comprender y apreciar si el contenido de la propuesta realizada responde a sus aspiraciones y esperanzas. Más cuando  cerca de 600 mil chilenos mayores de 15 años no saben leer ni escribir y el 50 % de la población entre 15 y 65 años sufre de analfabetismo funcional (que, según el Centro de Sistemas Públicos de la U. de Chile,  carece de comprensión lectora, numérica y de resolución de problemas en ambientes tecnológicos) lo que les inhabilita para tomar una decisión informada y no tienen otra opción que no sea la de consultar o dejarse guiar por la posición de otros o, sencillamente, anular el voto, acción que siendo parte legítima de la democracia, nos margina de ser parte en la construcción de una sociedad con democracia real. Aun cuando "El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros" (Ambrose Gwinet Bierce)

Alejandro Mege Valdebenito.

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