Me gusta meterme en camisas de once varas cuando se trata de defender lo que considero nuestro, lo que considero mío, aquello que me hace reír, llorar, vibrar, que provoca mis sentimientos y que me lleva, incluso, a marchar por las calles. Eso es el fútbol para mí y eso para muchos, Iberia.

Desde niño jugué fútbol, soy arquero aprendiendo allí que en la vida se deben asumir muchos roles. Uno nunca deja de ser futbolista, amateur o profesional, lo importante siempre es jugar cada vez que se pueda, o bien, ir al estadio a verlo, porque independiente de los colores, hay equipos que trascienden fronteras, su arraigo supera todo lo pensado, generan identidad por territorios que no se pueden definir desde los números, por mucho que el fútbol hoy sea el negocio que intenta matar la pasión y eso, señores, no se puede, hay cosas que son inmortales porque pasan de generación en generación.

El haber titulado esta columna con una fórmula matemática no es gratis, porque los números son fríos y si son rojos, apuntan a que el negocio anda mal y para los actuales controladores de la "Azulgrana" el club de la provincia del Biobío ha dejado de ser rentable, pero si a una suma le sacamos la frialdad de los números y la tratamos como una fórmula de las ciencias sociales, es fácil saber por qué la "I" debe seguir en la capital provincial, con el apoyo de las comunas cercanas. Seamos claros, los niños del Biobío que aman este deporte, siempre han soñado con jugar en el club de nuestro territorio, eque tras su llegada de Santiago en 1969, no solo ha generado identidad en los habitantes de las 14 comunas, sino que se ha arraigado, a tal punto, que ya no es importante que se hubiera fundado en la Región Metropolitana.

Cuando hablo de arraigo e identidad, me baso en el recuerdo de jugadores mulcheninos consagrados en Iberia (pasó lo mismo en toda la Provincia) y cuando trato de contarlos es imposible, por lo mismo en los nombres de Alicel Belmar (DT), Florel Heredia, Luis González, José Soto, Carlos San Martín, Fernando Ferrari, Marcos Salazar, Enzo Vera y muchos otros, lo que quiero es explicar a los controladores de Iberia de Los Ángeles que este club es nuestro, de las 14 comunas que componen la Provincia del Biobío y que, tras todo el daño que se ha causado al club, corresponde devolverlo a su gente, a los que de verdad aman este deporte y tal como lo dijo un hincha anónimo en la marcha a la que también asistí el pasado lunes - marcha que felicito porque en la vida las grandes batallas se ganan luchando -  "devuélvanlo, no importa si partimos de Tercera B, pero devuélvanlo".

Para que la gente de los números entiendan lo que encierra ser hincha de un club de fútbol recurrí a la academia, a los textos de etimología y conocí que Arraigo viene del latín ad y radicare, que en el español de hoy se entiende como echar raíces; mientras que Identidad es definida como un  conjunto de rasgos o características de una persona o cosa que permiten distinguirla de otras en un conjunto, una síntesis de su raíz latina, Indentitas o "igual a uno mismo". Yo soy de Mulchén y sé que Iberia es de Los Ángeles, porque aunque nacieron en otra ciudad, hicieron crecer sus raíces acá y se sumaron al paisaje que baña el Biobío. Lo quiero decir, al final de estas palabras es que los controladores deben saber que al final del día, tengo la certeza de que cada uno de nosotros es Iberia y, que Iberia, es cada uno de nosotros.

Jorge Rivas Figueroa

Administrador Público

Licenciado en Ciencias Políticas