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La cercanía de las elecciones municipales para el próximo año y luego las parlamentarias y presidenciales empiezan a movilizar al mundo político en la búsqueda de alianzas que permitan asegurar los mejores resultados electorales.
Las alianzas tienen sus ventajas y complicaciones. En el ámbito de sus fortalezas, éstas permiten lograr acuerdos y construir programas de gobierno con temas de interés común que representan a mucha gente. Un buen ejemplo lo constituye La Concertación de Partidos por la Democracia (Concertación), que gobernó exitosa y largamente nuestro país, obteniendo históricos logros y mejorando la calidad de vida de los chilenos. Trabajar en alianza exige mucha disciplina y racionalidad política a la hora del despliegue electoral, de buscar y nombrar los candidatos y a la hora del triunfo, nombrar a una cantidad enorme de autoridades y funcionarios que deberán ayudar a gobernar y hacer realidad el programa acordado. En ambos procesos, las alianzas deben demostrar sus fortalezas, cuestión que no siempre sucede, ya que las ansias de poder superan lo razonable y dejan de lado las capacidades profesionales y de conocimientos de aquellos que no forman parte de los mundos políticos.
En el caso de la Concertación, una debilidad odiosa la constituyó el infranqueable principio "del que tiene mantiene", principio que se convirtió en una especie de camisa de fuerza ahogando los nuevos y entusiastas liderazgos que emergieron a la luz de los éxitos reflejados en las políticas sociales que se lograron instalar. Mantener, indefinidamente, a una autoridad de un solo partido, amparado en este principio conservacionista, terminó por minar la grandeza de la Concertación y transformándose en el principal obstáculo que impidió el espontáneo desarrollo de los partidos políticos, ya que no había posibilidad de representatividad para todos los miembros de la alianza.
En el actual escenario se habla de construir alianzas en medio de muchísimas diferencias y percepciones, tanto en el oficialismo como en la oposición, cuestión que complica materializarlas, no obstante, de entender que nadie tiene la suficiente fuerza propia para gobernar. En política los aprendizajes son muy poco significativos, por lo que es posible que se repitan algunos de los errores que ya hemos mencionado, especialmente aquello "del que tiene mantiene", es decir, que el partido que gobierna la comuna tenga su candidato asegurado, haciéndole el quite a las "primarias", figura que viene a establecer un verdadero espíritu democrático y participativo y muy valorado por los electores. También la política de alianzas, nos ha demostrado que en la nominación de sus candidatos se tiende a atropellar las decisiones locales y del territorio, procediendo a elaborar sus plantillas electorales desde la distancia, ya que la llamada "Cocinería" (concepto usado para señalar que las decisiones políticas las toman sólo los dirigentes de mayor rango de la colectividad que representan) opera desde el mismísimo centro del poder.
El estado del país y los efectos de la pandemia exigen para el futuro, mejorar el ejercicio y calidad de la política, objetivo que es posible lograr a través de alianzas que representen un nuevo espíritu, que den lugar a la participación ciudadana, a la excelencia, al conocimiento y la experiencia, al profesionalizado mundo juvenil de hombres y mujeres que esperan una oportunidad de servir a su país con sus saberes y capacidad transformadora.
Mario Morales Burgos
Profesor
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