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Imacec negativo

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por La Tribuna

Hace un mes, el Indicador Mensual de Actividad Económica en Chile (Imacec) era muy halagüeño. El avance de 1,8% en las cifras macroeconómicas parecía ser una primera y poderosa señal de recuperación de la economía nacional.

Sin embargo, el inicio de octubre borró de un plumazo esas auspiciosas noticias. El índice, según el Banco Central, registró una caída de 0,9% en comparación con el mismo mes del año anterior, mucho mayor a lo pronosticado por el mercado, que apuntaba a una contracción anual del crecimiento en torno al 0,2%. Respecto a julio de este año, la actividad económica descendió 0,5%, lo que marcó una caída importante, luego del repunte de julio pasado, lo que confirma que la economía chilena sigue siendo débil.

Es el peor resultado en cinco meses, empujado por la baja en el sector servicios que cayó 1,2% en términos anuales, determinado por los servicios empresariales, educación y transporte. La actividad comercial también se vio resentida: cayó un 1,8%, afectado en mayor medida por el comercio minorista, donde destacaron las menores ventas en supermercados, grandes tiendas y establecimientos especializados de prendas de vestir. También incidió en el resultado la caída de las ventas del comercio automotor. En contraste, el comercio mayorista creció, debido a las mayores ventas de maquinaria y equipo.

Por su parte, la producción de bienes creció 2,1%, un resultado que se explicó por el aumento de 2,7% del resto de bienes, en particular por el valor agregado de la generación eléctrica. También presentaron resultados positivos la minería y la industria, con tasas de 1,7% y 0,5%, respectivamente. El Imacec no minero, en tanto, presentó una disminución de 1,3% en doce meses.

Los datos sugieren incluso un periodo recesivo desde el punto de vista técnico, lo que significa que la producción y el crecimiento económico están disminuyendo.

Es que la baja de la actividad económica suele ir acompañada de un aumento en la tasa de desempleo, ya que las empresas pueden reducir la contratación de personal o incluso recortar empleos existentes para hacer frente a la disminución de la demanda y la producción.

Asimismo, las empresas tienden a ser más cautelosas en tiempos de recesión, lo que puede llevar a una disminución de la inversión en nuevos proyectos y expansión. Esto puede tener un efecto negativo a largo plazo en la capacidad de crecimiento de la economía.

Estas cifras también repercuten en los ingresos fiscales, ya que hay menos actividad económica y, por lo tanto, menos recaudación de impuestos, lo que puede limitar la capacidad para financiar programas y servicios públicos.

Por lo mismo, se encendieron las alertas en las autoridades económicas del gobierno, más aún cuando la perspectiva es que la contracción económica seguirá por algunos meses más, por lo que aún está lejos de presentar una trayectoria de recuperación, como se asumía hace un mes.

Por lo mismo, es urgente tomar medidas para estimular la economía en estos tiempos de recesión, como reducir las tasas de interés o implementar políticas fiscales expansivas, con el objetivo de revertir la tendencia negativa y promover la recuperación económica.

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