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La salud agoniza y mientras las isapres siguen intentando salvar el negocio, la Corte Suprema ha decidido poner tope a los valores de las Garantías Explícitas de Salud, las listas de espera de especialidades e intervenciones quirúrgicas siguen aumentado y la solución, para terminar con ello, pareciera venir desde un acuerdo político conocido como "Pacto Fiscal" que permita aumentar la productividad de consultorios, postas y hospitales.
Pero vamos por parte, porque si existen soluciones para ir en auxilio de los más vulnerables, estas están al alcance de la mano, porque si algo ha quedado claro, con el llamado "Pacto Fiscal" es que parte de los dineros que se recaudarían con más impuestos irían en directo beneficio de la salud, mejorando con ello, temas como: el fortalecimiento de la atención en consultorios, la reducción de listas de espera en hospitales para atenciones con especialistas y atenciones quirúrgicas, además de desarrollar un mejor sistema para cuidados de niñas/os, adultos mayores y personas en situación de discapacidad.
Mientras la clase política busca un acuerdo para una nueva recaudación de tributos, ya se conocieron, a través de la prensa, el aumento de los tiempos de espera para ser atendido en el sistema público de salud.
Existen casi 3 millones de consultas con especialistas que se demoran en promedio 386 días, mientras que para una cirugía, la cifra alcanza a los 2.3 millones con un promedio de espera de hasta 484 días. Esos datos son tristes, pero son reales, tan ciertos como las filas que se pueden extender por cuadras durante una madrugada para lograr una hora con un médico.
En paralelo, "El Supremazo" ha determinado detener las alzas en las isapres para las enfermedades que están dentro de las Garantías Explícitas de Salud, GES (AUGE) y eso implica otro fuerte golpe a la salud privada, "clientes" que seguramente, emigrarán a una aproblemada salud pública que, hasta hoy, nuestro Estado no es capaz de entregar, de forma digna y oportuna, a una población empobrecida tras una pandemia que vino a agudizar el problema de las listas de espera.
Como ex funcionario del Hospital de Mulchén y del Servicio de Salud Biobío viví muy de cerca la situación y con conocimiento de causa, puedo decir, que es muy lamentable y penoso que la hora para un especialista, llegue tarde, es decir, la persona murió. Eso lo viven muchas familias de nuestro país.
Es cierto, hay un problema de salud que termina con la muerte de pacientes y es importante reconocer que parte de su origen está en la gestión, hay un problema de productividad y hay un problema de recursos. Tenemos que sentarnos a la mesa a conversar, a abrirnos técnicamente también respecto a lo que está pasando en esta situación, porque en definitiva ¿quiénes son los que más se sienten afectados?
Las familias más vulnerables, lisa y llanamente, no pueden comprar una prestación, no pueden comprar una cirugía, no pueden comprar una interconsulta y eso es dramático para la mayoría de los chilenos y chilenas.
Se ha perdido por completo la finalidad del Estado relacionada con el Bien Común y ese Bien Común, es en definitiva, es responder a las demandas del Soberano en temas como: la educación, la salud, la vivienda, la seguridad y todo lo que ello conlleva. Para eso se elige a los gobernantes y los gobernantes tienen que colocar la prioridad, el énfasis en los temas que más le interesan a esa comunidad, a esa sociedad que los eligió.
El llamado es, en consecuencia, para que nos sentemos a conversar, a conocer esta realidad que afecta a miles de chilenos y chilenas que lo pasan mal.
¡La obligación del Estado es solucionar los problemas de sus ciudadanos y ciudadanas, de acuerdo a la cantidad de recursos que tiene, pero también con gestión y también con productividad!
Jorge Rivas Figueroa
Administrador Público
Licenciado en Ciencias Políticas
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