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Sin duda alguna, la llegada de un recién nacido es uno de los eventos más significativos en la vida de las personas; es por ello que se dice que cuando un recién nacido nace, nace también una nueva mujer, en el caso de la o las madres y un nuevo hombre en el caso de él o los padres. Puede que en la familia surjan dudas, temores y aprensiones respecto a los cambios que se inician con este momento tan esperado.
Sentir temor a lo desconocido es natural, ya que cada nacimiento trae consigo diversos desafíos, sin importar si se trata del primero o del último. Uno de estos desafíos es la lactancia materna.
La lactancia materna es el alimento natural para la especia humana. Durante años se han documentado innumerables beneficios para el niño o la niña, para la madre, para la sociedad y para el medio ambiente. Si bien, solíamos decir que la lactancia era "gratuita" hoy hemos cuantificado el costo energético y económico que significa amamantar. De igual modo, sus beneficios superan ampliamente los costos.
Desde el año 1992, entre el 1 y 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia materna, en conmemoración de la "Declaración de Inocentti, sobre la promoción, protección y fomento de la lactancia materna". A partir de éste momento, los diferentes Estados se han comprometido a generar acciones dentro del marco normativo que permitan a las mujeres y sus hijos e hijas mantener una lactancia materna exclusiva por los primeros 180 días de vida y continuar luego del inicio de la alimentación complementaria por a lo menos 2 años, siempre que la madre y su hijo/a lo deseen. Para este año el lema mundial es "Facilitar la lactancia materna: marcando la diferencia para las madres y padres que trabajan".
El lema mundial nos invita a reflexionar respecto al fortalecimiento de los derechos laborales en nuestro país como, por ejemplo, el permiso prenatal, postnatal y post natal parental, el fuero materno (desde el inicio del embarazo hasta un año después del término del permiso postnatal), el permiso para el cuidado por enfermedad grave de un hijo o hija menor de un año, el derecho de alimentación al hijo/a menor de dos años , el derecho a sala cuna, todos ellos para padres consanguíneos y adoptivos.
Es nuestro deber, como agentes de salud y miembros de la sociedad, participar activamente del acompañamiento postnatal y de la difusión de los derechos que fomentan, protegen y promueven la lactancia materna, de manera libre y sin juicios de valor.
Paulina Tobar Muñoz
Referente Provincial de Lactancia Materna, Servicio de Salud Biobío
Miembro Comisión Regional Lactancia Materna
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