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En el Día Mundial del Agua, Naciones Unidas nos propone pisar el acelerador para llegar a tiempo con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, agua limpia y saneamiento para todas y todos al 2030. Estamos atrasados para el alcance global de este foco y pese a que en el ámbito urbano de nuestra región y del país tenemos gran parte del camino recorrido, aún es urgente tomar acción, especialmente en las zonas rurales y en la sostenibilidad de este recurso.
Hacernos cargo de este cambio es muy importante para el futuro de Chile y estamos en un momento crucial que requiere de nuestra responsabilidad hacia las generaciones futuras. Aún podemos acordar un propósito común que nos permita mirar el futuro con la tranquilidad de haber tomado buenas decisiones. Este no es un problema sólo de las ciudades, sino que de todos los sectores de nuestro país donde sólo a través de un trabajo mancomunado, que acelere el cambio en pos de la sostenibilidad hídrica, lograremos avanzar en este desafío. Desde las empresas sanitarias, seguiremos cumpliendo con nuestro deber de ampliar la disponibilidad de nuevas fuentes; sin embargo, pronto llegaremos al límite de los costos, con encrucijadas que serán malas noticias para la sostenibilidad de la actividad productiva. Por eso es importante que tomemos acción sobre la demanda de agua y ahí tenemos mucho por innovar.
Desde nuestro actuar estamos avanzando en medir la huella hídrica y proponer un instrumento de medición obligatorio ante cualquier desarrollo de un nuevo proyecto o actividad productiva. También estamos viendo los primeros proyectos que proponen el reúso de aguas tratadas, circuitos cerrados, protección de fuentes naturales y soluciones basadas en la naturaleza que nos muestran cómo será el futuro del uso del agua.
Sin embargo, el mayor cambio debe venir de la gestión de la demanda. De forma individual podemos abordar alguno de los 3 aspectos más críticos del uso sostenible del agua: reducir el consumo de agua mediante acciones cotidianas en los hogares, en el uso de actividades productivas y en la recreación. Evitar contaminarla, no tirando restos de comida, aceite, medicamentos ni productos químicos por el desagüe. Y para proteger la naturaleza, podemos unirnos para plantar árboles o crear un jardín infiltrante; usar soluciones naturales para reducir el riesgo de inundación y almacenar agua.
Estas acciones requieren voluntad y un propósito común: hacer lo correcto ahora para que a futuro evitemos un desastre social, ambiental y económico. Si aún no lo hemos hecho, hoy es un buen día para comenzar a ahorrar, proteger y limpiar el agua.
Cristian Vergara
Gerente general Essbio.
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