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Columnista

El amor en 555 palabras

Luis Rozas Mardones, psicólogo

por Luis Rozas Mardones, psicólogo

Hablar sobre “el amor”, es adentrarse en una palabra grande, de esas que sólo tienen punto de inicio, pero no así de final, un lindo desafío, que intentaré abordar en estas 555 palabras.

Así como no existen dos personas iguales, no hay una única definición de amor y esta funciona de acuerdo al contexto en el que se da, pasaré a referirme a diversas formas que adopta el amor, tan únicas como un amanecer o tan corrientes como tu sonrisa.

Existe el amor de Padre, un amor constante, presente y persistente, que nace desde la dedicación y de la admiración, una autoridad que enseña y vive con entrega incondicional, que pone siempre la otra mejilla, a pesar del golpe o que contiene con un abrazo de oso, cuando más lo necesitas, no solo está en el padre que engendra, sino que habita con fuerza en el que cría.

También está el amor de madre, un amor de ternura y detalles, que es el refugio de lo cotidiano, un amor que enseña amor y que es capaz de todo o más por el bienestar de los hijos (as), el amor de madre sólo conoce de inicio, pues no tiene fin.

El amor de hijo(a), un amor que vive en una mirada, que es capaz de conmover lo inconmovible, con una simple frase, con una risa en momentos difíciles, con algún “milagro” (léase destrozo) o sencillamente un amor que ilumina pasajes oscuros, poniendo la cuota de esperanza, transformándose sin duda alguna, en el motor de la vida de tantos.

Está aquí además, el amor de abuelos, uno camino al ocaso. Ellos son los que crían y malcrían, pendientes siempre de sus nietos, ese que rejuvenece o vuelve a vivir con una sonrisa de los nietos y que ve a su hijo(a), en cada una de sus acciones; un amor de recuerdos del pasado y de alegrías del presente, un amor que no apresura el futuro y que quisiera congelar el tiempo para disfrutar gota a gota, toda la dulzura que da y recibe.

Nace en lo cotidiano, el amor de amigos (as), un amor forjado en las actividades comunes, un amor entregado, lleno de apoyo y compañía, un amor que es capaz de sobrevivir con poco, pero que requiere constancia y sinceridad, el amor de amigo (a), es ese que puede acompañar toda tu vida.

Finalmente, existe el amor de pareja, tal vez, ese por el que pensabas que comenzaría a escribir, pero decidí dejarlo para el final...yo diría que es el amor más difícil, que junta dos historias de vida, haciéndolas una, que vive en la comprensión y tolerancia, que es cómplice, compañero y confidente, un amor tanto o más grande que todos los que ya he mencionado, pero que en definitiva se transforma precisamente en ese sentimiento que mueve al mundo, desde sus orígenes.

Recientemente el 14 de febrero, muchos hicieron celebraciones en torno al amor...pero con estas humildes líneas, ha quedado más que claro, que no existe un único tipo de amor, que todo este sentimiento parte del amor más grande, “el propio” y culmina en el instante en que somos capaces de compartimos con otros en distintos ámbitos...vive el amor y vive con amor en cada uno de tus actos, piénsalo un instante, ¡¡Te deseo un día maravilloso!!

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