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Columnista

Ayer fue 22 de agosto...

Mario Ríos Santander

por Mario Ríos Santander

Esa fecha no pasa desapercibida en mis recuerdos. Aquel día 22 de agosto de 1971, hace ya algunos años, el avión Iberia, aterrizaba en el aeropuerto El Alto de la Paz. Eran las 11 horas, aproximadamente. Detenido los motores, surgieron militares desde el edificio principal y rodearon el avión. Los pasajeros observamos este procedimiento inusual y ciertamente que nos puso nervioso. Breves minutos después, con las puertas aun cerradas, el capitán nos informó de una, Asonada militar en La Paz, y que debíamos permanecer a bordo hasta recibir nuevas instrucciones. Más preocupados quedamos. Comentarios diversos entre los pasajeros. Yo viajaba a Caracas a la reunión anual del parlamento latinoamericano. Otros, la mayoría, seguían viaje a Madrid. Hasta que volvió a comunicarse el capitán. Se nos informa que debemos seguir viaje hacia Lima, nuestra próxima escala, solo permitiendo que desciendan los pasajeros provenientes de Chile a La Paz. El resto del pasaje debe permanecer a bordo. Estoy consultando a Madrid sobre este procedimiento que se me solicita. Los mantendré informado. Luego, se abrió una de las dos puertas y efectivamente descendieron algunos pasajeros que culminaban su viaje en la capital de Bolivia.

Transcurrieron otros minutos. Nuevamente a voz del Capitán: Han cambiado las cosas, (con ese acento español), podrán los pasajeros descender y el avión embarcará pasajeros desde este aeropuerto.  Eran las 12 hrs. Transcurrirían unas seis horas más y de pronto, arribaron tres buses repletos de gente que arrancaba de su país. El avión, colmó todos sus asientos y se elevó hacia Lima. Caía la tarde. En el aeropuerto limeño, ya oscuro, fue nuevamente rodeado de fuerzas militares. Cientos de periodistas esperaban los pasajeros embarcados en La Paz. Terminaba abruptamente su mando, el general Juan José Torres y subía al poder el general Hugo Banzer. Por mi pare, aterrizaba, horas después en Caracas a las 3 de la madrugada. Fin del viaje. Nueva experiencia, de otra que viviría ese mismo día, pero en mi país.

22 de agosto de 1973. La tensión  política en el país, alcanzaba niveles insoportables. Se estructuraban las últimas alternativas institucionales para salir de este mar de odios, inseguridades y  desilusiones, que colmaba a la población chilena. La Cámara en sus funciones fiscalizadoras, se aprestaba a debatir un Proyecto de Acuerdo que, en lo principal, le advertía al Presidente Salvador Allende, un conjunto de inconstitucionalidades que debía remediar con prontitud. El debate fue intenso, acusaciones, anuncios de preparación para un golpe de Estado, ataques diversos, fueron la tónica de esa sesión verdaderamente dramática. Aprobado este Proyecto de Acuerdo, se dispuso entregar inmediatamente (eran las 21 hrs) tal acuerdo al Presidente, ministros militares y comandantes de las FFAA, y director de Carabineros, en sus calidades de garantes de la institucionalidad.  Afuera, en la calle, el Congreso estaba rodeado de manifestantes que prometían toda clase de castigo a quienes habríamos presentado este proyecto, yo entre otros.

El día siguiente fue de espera. Algunos, ilusos al fin, esperábamos una reacción positiva del gobernante, en la idea de discutir lo acordado, porque técnicamente, podía producirse un pronunciamiento militar ante el quiebre de toda la institucionalidad superior, pero no fue así. Por la tarde de ese día 23 de agosto, Allende respondía con una declaración que cerraba toda conversación y de paso, declaraba inconstitucional nuestro proceder como Cámara de Diputados. 18 días después, fue 11 de septiembre.

Mario Ríos Santander

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