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Columnista

¿De qué color es el vestido?

Cristian Delgadillo Rosales

Si para usted fue dorado y para su señora fue azul, tengo que decirles que ambos están equivocados, porque la respuesta definitiva es que los colores no existen.

por Cristian Delgadillo Rosales

La imagen dio la vuelta al mundo. Un vestido lanzado la semana pasada por la marca Roman que se ve de diferentes colores según la persona y el ángulo desde donde se le mire. Azul y negro o dorado y blanco.

El fenómeno físico, derivado de la descomposición de la luz en los diferentes bastones que poseen los distintos ojos humanos, rápidamente fue aprovechado por los relativistas para afirmar que la verdad no existe y que menos es una sola. Para suerte de ellos, efectiva y solamente en este tipo de casos, la verdad, definida por Aristóteles como “la adecuación del intelecto y la realidad” puede ser distinta según la persona que observe, escuche, huela, saboree o sienta. Sólo para los sentidos. Es como la excepción de la regla.

Si el vestido para usted fue dorado y para su señora fue azul, tengo que decirles que ambos están equivocados, porque la respuesta definitiva es que los colores no existen, lo que existe es la luz.

Los colores existen de manera relativa para cada persona y lo que es relativo no puede ser verdadero absolutamente, de acuerdo con el principio filosófico de no-contradicción, que nos dice que “algo no puede ser y no ser a la vez y bajo el mismo respecto”. Por eso, San Agustín siempre se planteó escéptico frente a los sentidos y en su obra Contra Académicos sostiene que “los sentidos pueden presentarme apariencias que en el fondo no son verdad, como en el caso de la apariencia del remo torcido metido en el agua”.

¿Ha entrado alguna vez a una tienda de televisores? Vaya algún día junto a su señora cuando estén dando un partido de fútbol. Se dará cuenta que ningún verde de la cancha es igual a otro y, desde luego, los colores que estará percibiendo su señora tampoco serán iguales a los que estará viendo usted. Por cada televisor extra y por cada persona que mira, la gama de verdes se irá duplicando de manera exponencial.

Estoy seguro que mis ojos son marca Sony y los de mi mujer IRT, ya que el otro día se pasó un semáforo en rojo pensando que era verde y chocó contra un carretón. Nuestra Renoleta aún permanece en el taller. El carabinero fue muy claro y le dijo “la verdad es una sola, señora, usted pasó con luz roja. Acompáñeme a la comisaría”.

Efectivamente, siempre la verdad es una sola. Los hechos son realidades medibles, las cosas tienen corporeidad objetiva, existen o no existen, los actos son verdaderos o falsos, fueron o no fueron. Si la verdad fuera relativa o si cada uno tuviera su propia verdad, no podría existir la justicia, por ejemplo. No obstante, pueden existir diversos puntos de vistas o apreciaciones, pero siempre sobre la base de una realidad única, medible, matemática.

El relativismo, siendo una doctrina fundada por Protágoras en el siglo V antes de Cristo, es una tendencia moderna cada vez más popular y masiva que postula que nada es verdadero absolutamente y que cada uno tiene su propia verdad. Sus exponentes se enfurecen cuando escuchan hablar con convicción a alguien. Es posible que usted haya oído toda clase de declaraciones de tipo relativista: “Eso será cierto para usted, pero no para mí”, “esa es únicamente su realidad”, “¿quién es usted para decir que alguien está equivocado?” o “ya llegó el dueño de la verdad absoluta”. Habrá quienes lo considerarán arrogante, o incluso peligroso, por creer en la verdad o en los 10 mandamientos, que son más viejos que el hilo negro. De hecho, el primero en defender la verdad fue el mismo Jesús cuando dijo “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida”. Juan Pablo II, recientemente canonizado y cuyo funeral fue uno de los más masivos de la historia, dijo con fuerza sobre la verdad: "La fe no teme a la razón. Estas son como dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerlo a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo".

Juan Secano Rere

Gaucho de La Patagonia

radicado en Los Ángeles

Twitter: @SecanoJuan

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