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De paciente de Teletón a impulsor de la inclusión: la historia del alcalde Pablo Urrutia

El jefe comunal de Quilaco pasó cuatro años en rehabilitación luego de un accidente durante su infancia que le cambió la vida. Esa experiencia se transformó en el motor que lo llevó a ayudar a otros y a liderar el municipio más inclusivo de la región del Biobío.

De paciente de Teletón a impulsor de la inclusión: la historia del alcalde Pablo Urrutia, Diario La Tribuna
De paciente de Teletón a impulsor de la inclusión: la historia del alcalde Pablo Urrutia / FUENTE: Diario La Tribuna

En el marco de una nueva edición de la colecta solidaria de la Teletón, vuelven a adquirir visibilidad las historias de superación, lucha y resiliencia ante la adversidad de todos los rincones del país.

Parte de ello es lo que vivió Pablo Urrutia, actual alcalde de Quilaco, quien atravesó circunstancias desgarradoras que logró revertir de la mano de la solidaridad.

Su historia golpea no solo por su dramatismo, sino porque demuestra cómo, paso a paso, un niño que casi no logra sobrevivir a una tragedia terminó convirtiéndose en jefe comunal e impulsor de uno de los municipios más inclusivos del país.

Hoy, Urrutia asegura que la Teletón no es solo una campaña solidaria, sino un punto de quiebre que le salvó la vida y lo empujó a comprometerse con todos aquellos que viven procesos similares o, incluso, aún más delicados que el suyo.

EL HECHO QUE CAMBIÓ SU VIDA

"Cuando tenía nueve años trabajaba para ayudar en la casa. Venía de una familia muy humilde, sin papá y con una mamá alcohólica. Un día, por puro desorden de niño, me subí a un poste de luz... y casi me mata", recuerda.

Mientras estaba en la cúspide del poste, repentinamente recibió un shock eléctrico cercano a los 3.000 voltios. La descarga hizo que su pierna explotara espontáneamente y que la caída le destrozara la columna.

Después de varios días hospitalizado, despertó y vio que le faltaba una pierna. Para él "fue desgarrador" y, por mucho tiempo, fue incapaz de aceptar su nueva condición.

Pero la Teletón cambió su visión. Estuvo cuatro años en rehabilitación, donde conoció niñas y niños con amputaciones y situaciones aún más complejas que la suya, pero que aun así reían y jugaban como cualquier niño. "Me di cuenta de que tenía dos manos y un pie, algo que otros que estaban ahí no tenían. Ahí decidí pelearla", dice.

EL COMPROMISO DESDE LA VULNERABILIDAD

Su vida dio un giro drástico. Con el apoyo del director del Liceo Los Llanos de Quilaco, Luis Robles, —que incluso actuó como su apoderado y le compró sus primeros cuadernos y zapatos— se comprometió a ser el mejor alumno y el presidente del Centro de Estudiantes.

"Yo no tenía apoderado, ni zapatos, y él decidió ser mi apoderado. Me regaló mis primeros cuadernos, los más lindos de mi vida", expresa con una especial gratitud.

Como si la vida no dejara de golpear, la casa de su familia se incendió y, según su testimonio, quedaron "literalmente con lo puesto".

Producto de la tragedia, Urrutia recuerda que el alcalde de entonces, Rolando Tirapegui, les entregó un colchón. Ese gesto le llevó a hacerse una promesa que marcaría su futuro: "Voy a ser alcalde y voy a ayudar como ayudaron a mi familia".

UNA PROMESA CUMPLIDA

Su paso por la Teletón no solo le enseñó a levantarse, sino también a mirar la discapacidad desde la dignidad. Por eso, apenas logró convertirse en alcalde de su comuna natal, se encontró con una barrera personal: se le dificultaba llegar a su oficina por la falta de accesibilidad dentro del edificio municipal. Eso marcó la línea que seguiría durante su mandato.

"Hoy día Quilaco es el único municipio inclusivo de la región. Una persona puede recorrer todas las oficinas, entrar con camilla o con silla de ruedas sin problemas", afirma. La orden interna es clara: desde el auxiliar hasta el alcalde deben asistir a cualquier persona con movilidad reducida y asegurar un trato digno y sin obstáculos.

Las escuelas también están siendo adaptadas con plataformas, puertas anchas y accesos universales. "Hay mamás que se vienen a vivir a Quilaco porque aquí sus hijos pueden estudiar sin barreras", comenta.

Además, producto de la difícil experiencia que vivió su familia al quedar sin hogar, implementó un sistema pionero: cuando una familia pierde su casa por un incendio, recibe un container habitacional de inmediato, una vivienda de emergencia en siete días y la definitiva en seis meses. Una política inspirada directamente en su propia historia.

LA TELETÓN EN EL CORAZÓN DE QUILACO

La comuna es una de las más vulnerables del país y aun así, según el testimonio de Urrutia, mantiene una de las tasas de aporte per cápita más altas a nivel nacional. "Somos gente humilde, pero solidaria. Aquí todos colaboran", señala Urrutia.

Este año esperan convocar a más de 3.400 personas en una fiesta comunitaria que mezcla deporte inclusivo, música ranchera, gastronomía, autos tuneados, actividades familiares y presentaciones mapuche.

LA POLÍTICA COMO HERRAMIENTA DE AYUDA

Urrutia insiste en que no entró a la política por los partidos. Se define independiente, con "corazón de ayuda" y convencido de que el poder sirve solo si es para levantar a otros.

Hoy preside la Asociación de Municipalidades Turísticas de Chile y su Comisión de Inclusión, donde se trabaja no solo en discapacidad, sino también en género, pueblos originarios y diversidades que históricamente quedaron fuera de la conversación.

"Quilaco tiene que ser un ejemplo para el país", asegura, con un trabajo que avanza en calles, gimnasios, canchas, festivales y servicios municipales que están siendo adaptados bajo la visión de la inclusión total.

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