La historia de las grandes inundaciones en Los Ángeles

En la memoria reciente de Los Ángeles se encuentran las brutales inundaciones del 11 de julio de 2006. La escena de un bote recorriendo las calles céntricas de la ciudad fue el registro más palpable de un fenómeno de la naturaleza, caracterizado por las intensas lluvias en muy poco tiempo.

En aquella ocasión, todos los cursos de agua de la zona se desbordaron. Hubo víctimas fatales en Los Ángeles, Nacimiento y Cabrero a consecuencia de las súbitas crecidas del volumen de los ríos.

La situación más dramática aconteció en el sector La Suerte, a unos 20 kilómetros al poniente de la capital provincial por el camino a Nacimiento.

El río Biobío se desbordó de tal forma que siete personas perdieron la vida al ser arrastrados por un torrente impresionante. Otras tantas personas debieron pasar la noche en el entretecho de sus viviendas porque el agua llegó a superar el metro y 80 centímetros.

Las carreteras y caminos se cortaron en todas direcciones y la zona estuvo aislada por varios días hasta que pudieron restablecerse las comunicaciones.

Fue una verdadera tragedia, un desastre con toda y cada una de sus letras.

Debieron pasar 12 años para que las lluvias volvieran a ocasionar desbarajustes en el centro de Los Ángeles, particularmente en calle Villagrán. El 28 de mayo de 2018, las aguas del estero Quilque, que cruza la ciudad de oriente a poniente, se desbordaron en esa arteria vial, afectando la circulación peatonal y vehicular en todo ese sector altamente transitado de nuestra capital provincial. Sin embargo, se trató de una emergencia que estuvo muy lejana de lo vivida (y sufrida) en 2006.

Ambas situaciones rememoran una característica histórica  de Los Angeles: el desborde de su río principal en jornadas lluviosas, particularmente en su paso por calle Villagrán donde el cauce fue abovedado, el cual se desborda siempre en ocasiones de precipitaciones intensas.

Pese a las labores de ensanche del lecho y de instalación de defensas fluviales en las últimas décadas, la historia reciente registra periódicas crecidas.

Por citar algunas de las más significativas y de las cuales quedan registros gráficos, tenemos las de los años 1939, 1946, 1952, 1958, 1971, 1984 y 1992.

Los fotografías que acompañan esta publicación - captadas por Sinforoso Castillo - grafican lo que ha sido el problema de las inundaciones en la capital provincial. También son útiles para mostrarnos la ciudad de aquel entonces.