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La Tribuna

Jorge Rivas Figueroa: un líder que se ha ganado el respaldo de la comunidad

por Nicolas Irribarra Irribarra

Reconoce que desde la enseñanza básica que las cosas van bien en él, con altos rendimientos no sólo académicos, sino profesionales también. Hoy, en el servicio público, lo sigue haciendo, y la ciudadanía lo volvió a respaldar.

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Jorge Alberto Rivas Figueroa, actual alcalde de Mulchén, tiene 45 años, en los cuales le ha tocado vivir de todo, pero siempre vinculado a lo social al entregarse por una causa, al ser sensible con la realidad de otra persona y, claro, con ello, tener los conocimientos y motivación suficiente para que se logre mejorar la vida de muchas personas.

Sabe que las necesidades de las personas nunca se acabarán. En una lógica simple, si nos remontamos a 30 o 40 años atrás, el deseo de los chilenos era tener una casa. Una vez que el Estado cubrió esa necesidad, pasamos a otra, y es que la casa debe tener más metros cuadrados, y así irá variando sucesivamente.

“Siempre he sido mulchenino. Nací acá y desarrollé mi educación básica y media en la comuna. Partí en el colegio Sacerdote Alejandro Manera, en aquellos entonces se llamaba escuela F-1060, una escuela cercana al domicilio donde me crié junto a mis padres. Hice hasta el octavo básico, me licencié, y posteriormente hice la enseñanza media en el liceo Miguel Ángel Cerda Leiva, el B-69 de ese entonces. Posteriormente di la Prueba de Aptitud Académica. Me iba bien en la básica y media, de hecho terminé mi educación media en el A, que eran supuestamente las personas que tenían mejor promedio”, comentó.

Además, añadió que “no había preuniversitario; uno se preparaba por sí solo, y obviamente yo vengo de una familia de clase media. Una familia sencilla, como la mayoría de la familia chilena. Di la prueba, me fue bien, y me permitió estudiar una carrera, Ciencias Políticas (Administración Pública) en la ciudad de Osorno, Universidad de Los Lagos. Esto condicionado un poco porque la jefa de UTP, dentro de mis habilidades, conversábamos y me sugirió. Había una familia amiga de una de mis hermanas que estudiaba en dicha ciudad, lo que facilitó las cosas, porque yo no conocía Osorno”.

El edil de la comuna del Bureo es el menor de cinco hermanos, y de hecho es el único hombre, puesto que las cuatro personas restantes son sus hermanas, todas mayores. Reconoció que hubo una quinta, pero que no alcanzó a conocer, puesto que falleció a muy temprana edad.

Ingresó a estudiar el año 1990, donde en el ambiente político asumía Patricio Aylwin, y luego terminó su carrera. Una vez que egresó, hizo su práctica en el Servicio de Salud Biobío, en el Hospital de Los Ángeles, donde duró cerca de seis meses.

“Afortunadamente, para bien mío, a los dos meses se dio una oportunidad laboral, quedé trabajando con una buena renta. Tuve bastante suerte, me fue bien, demostré con trabajo que aproveché la oportunidad que me habían dado. Eso me llevó a subrogar la jefatura de la unidad de la cual formé parte, y no pude ser jefe titular porque no estaba titulado. Luego me titulé y me ofrecieron venir al Hospital de Mulchén como subdirector administrativo con el objetivo de generar un equilibrio financiero, había un déficit en ese entonces, lo cual lo logramos con harto trabajo, un trabajo de equipo. Eso me permitió acceder a mejor grado de remuneración, y eso lo recuerdo muy bien, porque en el mes de diciembre –de esos años- dije ‘aquí cumplimos con lo comprometido, por lo que vengo a recibir el estímulo que me ofrecieron’”, sostuvo.

Lo anterior ocurrió en el año 1998, y eso duró hasta el año 2004, porque en el mismo Servicio de Salud Biobío estuvo desde septiembre del año 1995 hasta el 15 de enero de 1998, y desde esa fecha volvió a su ciudad.

EL MOMENTO EN QUE NACIÓ EL “BICHITO” DE SER POLÍTICO

Tras hacer todo lo anteriormente relatado, postuló al puesto de director del Hospital de Mulchén, cargo que logró conseguir hasta el 2009.

“Antes de ser director, cuando era subdirector administrativo, recuerdo que me dediqué a observar el quehacer del Concejo. Por formación sé qué hace un municipio, un poco de derecho municipal también, pero en ese entonces me dediqué a eso, una institución que retomaba después de 1992 vigencia en el país. Y ahí me acuerdo que un día, en mi habitación reflexionando en el quehacer comunal, decidí postularme como precandidato. Fui al interior del partido, no me fue muy bien por ser muy joven, esto fue el año 2000. Cuatro años más tarde fui candidato, y me fue bastante bien, saqué la primera mayoría de la Concertación en ese entonces, la segunda mayoría del Concejo, tuve una buena aceptación de la gente, y eso está dado porque yo nunca he dejado de ser lo que soy como persona”, manifestó.

Según relató a La Tribuna FinDe, cuando vuelve al barrio donde creció, y sin importar el cargo que haya ostentado en dicho momento, la gente lo ve igual.

“Eso lo heredé de mis padres, y obviamente el trabajo mostrado en el hospital fue una parte importante. El hecho de haber entregado soluciones a la gente sin esperar nada a cambio, al final la gente lo reconoce. El año 2008 volví a ser candidato a concejal, no hubo primarias, y saqué la primera mayoría, saqué más votación que la vez pasada, y eso me dio la posibilidad para reflexionar sobre mi accionar y sobre mí y mi futuro. Dije al interior del partido que quería ser candidato en la primaria. Fui el 1 de abril del 2012, gané esa primaria, con votación buena -lo que ratificaba el apoyo de la gente- y después tenía confianza en que el 28 de octubre nosotros íbamos a triunfar. Ganamos efectivamente, le ganamos al alcalde que había estado por 16 años, con una propuesta más jovial, más modernizadora, y fueron cerca de 400 votos, 300 y fracción”, agregó.

Rivas mencionó que tras ese triunfo, el trabajo realizado durante los cuatro años posteriores le permitió ganar por una amplia diferencia respecto a su adversario más cercano, cerca de 3 mil votos de distancia.

“Sin duda hay un reconocimiento creciente a la gestión que hemos realizado. Siempre he dicho, a la gestión que hemos realizado, porque a lo mejor me toca encabezar, pero soy parte de un equipo, donde todos tratamos de hacer lo mejor por cumplir los objetivos que nos proponemos”, puntualizó.

Dice que más allá de la remuneración económica que pueda tener en su cargo, algo que según dijo no ha sido distinto a lo largo de su trayectoria profesional, el valor de las personas es lo que prevalece, y aseguró ser un privilegiado al estar sirviendo a los demás desde el espacio que sea, pero que esa opción no la tiene cualquiera.

“Yo creo que uno en esto a veces recibe críticas justas o injustas, pero esas cosas a uno lo fortalecen. Cuando uno tiene claro hacia dónde va, esas cosas afectan, pero no quitan el ánimo y motivación para seguir adelante. Aquí vale la pena estar, vale la pena aprovechar estos años, a la edad que tengo, todo lo vivido, porque trabajar en un hospital también es muy social, vale la pena con creces. Porque el día de mañana, cuando uno no esté, habrá una comunidad que se recordará de uno por lo que hizo, por las obras que logró desarrollar, pero también por los avances en sectores urbanos y rurales, y ese recuerdo vale más que cualquier valor económico”, remarcó.

SU HIJO, SU FAMILIA

El alcalde ha tenido que hacer muchos sacrificios para cada una de las labores que le ha tocado desempeñar en su vida, pero especialmente la vida pública, es donde más momentos ha dejado de lado.

“Uno le resta mucho tiempo a la familia principalmente, y ellos son los que pagan los costos, los que se afectan con las críticas más que uno. Este mundo de la política es ingrato. Así como hay gente que reconoce el trabajo, hay otros que se encargan de tratar de perjudicar. Yo estoy abierto a la crítica correspondiente, la justa, la que se da para mejorar. Estoy preparado para ello, sin embargo, las familias no lo están. Y en ese andar, cuando llego a la casa y me encuentro con esa situación, trato de transmitir tranquilidad, y que esas cosas son mínimas a toda la retribución que recibo de la gente”, indicó.

Junto con ello, no podía dejar de lado al motor de su vida, se trata de su hijo. “Yo tengo un hijo que tiene cuatro años, y cumple cinco el 11 de mayo, yo nací el 12 de mayo, casi coincidencia, y hoy en día mi hijo es mi principal motivación. Por él se justifica el hecho de estar acá, y ojalá el día de mañana poder transmitirle lo importante que es poder trabajar por otro, no perder esa sensibilidad que hay que tener por la gente. Principalmente en un mundo individualista, consumista, del cual no me excluyo, donde hay valores importantes que se deberían considerar, pero que se han dejado de lado, yo creo que hay que transmitirle a sus seres queridos que no se pierda la sensibilidad por el otro”, cerró Jorge Rivas, alcalde de Mulchén.

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