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La Tribuna

Colegio de Abogados retomará tratativas para que Los Ángeles tenga Corte de Apelaciones

por Juvenal Rivera Sanhueza

Aprovechando que el nuevo presidente de la Corte Suprema inició su carrera judicial en nuestra capital provincial, el gremio de abogados local le hará un planteamiento al titular del máximo tribunal del país para llevar adelante un proyecto que lleva casi medio siglo postergado. El presidente del Colegio de Abogados, Sergio Troncoso, abogó por contar con un respaldo ciudadano importante a la hora de hacer ese planteamiento.

8, guillermo Silva, presidente de la Corte Suprema /

Corría el mes de junio de

1973 cuando se promulgó la ley 17.939 que creaba una sala de la Corte de

Apelaciones para Los Ángeles, gracias a las gestiones realizadas en su tiempo

por el diputado comunista por la zona, Luis Tejeda. Sin embargo, tres meses después

ocurrió el golpe de Estado, y lo que era un avance en el acercamiento de la

justicia a las personas, quedó convertido en letra muerta.

Aunque en las décadas

siguientes hubo gestiones de todo tipo para retomar la iniciativa de contar con

una sala del tribunal de alzada, los resultados no han sido positivos. Pese a

que se ha involucrado a autoridades locales, a los legisladores de la zona y a

representantes de la comunidad en campañas por una sala del tribunal de alzada,

la respuesta siempre ha sido la misma: no.

Y si bien en 1973 la

población angelina sumaba 80 mil habitantes, ahora el número se elevó a más de

200 mil, quienes pueden, potencialmente, tener requerimientos en materia de

justicia.

La última negativa llegó de

parte del secretario regional ministerial de Justicia, Sergio Vallejos, quien

en mayo de 2018 declaró a Diario La Tribuna: como angelino me encantaría que

hubiera una Corte de Apelaciones en Los Ángeles, pero no es una prioridad. ¿La

razón? Básicamente, que no hay recursos para que prospere una iniciativa de esa

naturaleza.

Sin embargo, ahora se

produjo una coyuntura muy particular que podría cambiar ese escenario poco

favorable: hace un par de semanas asumió el nuevo presidente de la Corte

Suprema, Guillermo Silva Gundelach, magistrado que inició su carrera judicial

en Los Ángeles, específicamente como secretario del tribunal, a poco de haberse

titulado como abogado de la Universidad de Concepción (ver recuadro).

De hecho, el flamante

titular del máximo tribunal del país aún no cumplía un año en sus funciones

cuando se promulgó la ley que creaba la Corte de Apelaciones en Los Ángeles, la

que nunca se ha materializado aunque ha pasado ya casi medio siglo desde aquel

proyecto de ley.

COLEGIO DE ABOGADOS

La nueva coyuntura quiere

ser aprovechada por el Colegio de Abogados de Los Ángeles para volver a la

carga con la idea de contar en la capital provincial con una sala del tribunal

de alzada, que deje atrás lo que ahora es la normalidad: continuos y onerosos

viajes para realizar los trámites en la Corte de Apelaciones de Concepción.

Sergio Troncoso, presidente

del gremio en la capital provincial, aseguró que su directiva ya ha conversado

la posibilidad de solicitar una entrevista con el ministro Silva, opción que podría

ocurrir en marzo próximo, cuando se retomen las actividades normales del Poder

Judicial.

Sin embargo, hizo ver que se

necesita un compromiso mayor a lo que pudiera ser la simple voluntad de los abogados

angelinos, planteando que deben sumarse otros actores, como las autoridades

políticas (diputados), alcaldes de la provincia, dirigentes de organizaciones

sindicales y medioambientales, así como representantes de entidades sociales de

la zona.

La idea es generar un

movimiento a nivel de la provincia de Biobío que dé cuenta del apoyo

transversal que tiene una iniciativa de esta naturaleza. Aunque Troncoso

reconoció que el proyecto de la Corte de Apelaciones siempre se ha enfrentado a

dificultades de financiamiento, destacó que cuando existe voluntad, es posible

superar esas barreras.

Además, recalcó que la

creación de una sala del tribunal de alzada permite enfrentar un tema

relevante: la desigualdad en el acceso a la justicia. A modo de ejemplo,

mencionó que muchas personas desisten de continuar cuando los casos pueden llegar

a la Corte de Apelaciones, simplemente porque no pueden asumir los elevados

costos de abogados que los representen en la ciudad de Concepción.

Para Sergio Troncoso, marzo

será un mes clave tanto para sumar apoyos como para gestionar la reunión con el

presidente de la Corte Suprema, de quien esperan su respaldo y compromiso para

dar forma a una nueva sala del tribunal de alzada.

LOS NEXOS DE GUILLERMO SILVA

CON LOS ÁNGELES

Guillermo Silva Gundelach,

oriundo de Penco, llegó en noviembre de 1972 a Los Ángeles para asumir como

secretario del tribunal de esta ciudad. En agosto de 1974 fue nombrado juez del

Juzgado de Letras de Mulchén. En 1977 retornó a la capital de la provincia de

Biobío, ahora como magistrado titular del Segundo Juzgado del Crimen.

En ese cargo, le tocó llevar

la investigación en uno de los casos más mediáticos en la historia judicial

local. Como juez del crimen, debió sustanciar el brutal crimen perpetrado el 17

de noviembre de 1978 por Yolanda Campos Beroíza, alias la Yoli.

La mujer, con solo 19 años,

admitió ser la única responsable del triple asesinato ocurrido en la madrugada

del 17 de noviembre y que costó la vida de Liliana Olivares (40 años), y de su

hijo Claudio, de solo cuatro años. También, de Virginia Pérez Vazarte (79),

quien quedó herida de gravedad y falleció días después en el hospital regional

de Concepción. Herido de gravedad quedó Álvaro, de tres años.

Fue el juez Silva Gundelach

quien debió lidiar con las distintas declaraciones contradictorias que entregó la

Yoli a lo largo de la indagatoria. Fue también quien ordenó la reconstitución

de escena en la calle de la calle Colón 768, donde se produjeron los hechos, en

medio de centenares de personas que querían hacer justicia por sus propias

manos.

Al cabo, el magistrado la

condenó a una pena de 20 años de presidio por el triple homicidio, la máxima

condena posible en ese tiempo después de la pena de muerte. Su condición de

embarazada la habría salvado del patíbulo.

Poco tiempo después, en

octubre de 1980, Silva dejó Los Ángeles para asumir como juez del Segundo

Juzgado de Letras de Concepción. De ahí en adelante, sigue progresando en su

carrera en el Poder Judicial, siendo nombrado ministro de la Corte de

Apelaciones de Talca y después de la de Concepción, llegando a ser el

presidente de esta última.

Hacía 11 años que integraba

la Corte Suprema de Justicia, siendo elegido por sus pares como el nuevo

titular del máximo tribunal del país, marcando el punto más alto de su

trayectoria en el Poder Judicial, la que inició en Los Ángeles en un lejano

diciembre de 1972.

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