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La Tribuna

La subutilizada vacuna del VPH

por Gabriel Hernandez Velozo

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Jane E. Brody © 2016 New York Times News Service / Imágen:  Paul Rogers / The New York Times

 

Se creería que cuando les dicen a padres de familia que hay una vacuna que pudiera prevenir cánceres futuros en sus hijos, ellos saltarían ante la oportunidad de protegerlos. Ay, ese difícilmente es el caso para una vacuna que previene infecciones del virus del papiloma humano, que causa cáncer, o VPH. La vacuna, que funciona mejor si se administra entre los 11 y 12 años de edad, es la inmunización más subutilizada que hay para niños.

El VPH es, por mucho, la infección de transmisión sexual más común en Estados Unidos, y casi cada persona sexualmente activa se infecta en algún punto de la vida. El virus en una u otras de sus variantes causa más de 90 por ciento de los cánceres cervicales, así como la mayoría de los cánceres de vulva, vagina, ano, pene y orofaringe, que incluye la parte trasera de la garganta, la base de la lengua y amígdalas. Causa también verrugas genitales.

Cada año, informan los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EU, alrededor de 14 millones de estadounidenses se infectan de VPH, en su mayoría adolescentes o adultos jóvenes, en tanto un cáncer causado por el VPH se diagnostica en 17,600 mujeres y 9,300 hombres, con base en estimados.

Sin embargo, cuando uno de mis hijos fue exhortado a que le aplicara la vacuna del VPH a sus hijos, de 11 y 14 años de edad, él respondió: "¿Por qué? Ellos aún no son sexualmente activos". Le recordé que no todo el sexo es consensual, y la exposición al virus no requiere de penetración. Sin embargo, su respuesta refleja un malentendido común entre millones de padres de familia, y a menudo los médicos de sus hijos, sobre el valor de la vacuna y el hecho de que es más efectiva si se administra a preadolescentes, cuando la respuesta inmune es más fuerte y antes de que sean expuestos a una forma transgresora del virus.

Pero, para 2014, tan sólo 40 por ciento de las jovencitas y 21 por ciento de los varones entre 13 y 17 años de edad había recibido las tres dosis de la vacuna contra el VPH, en tanto 88 por ciento de los varones y niñas habían sido vacunados contra el tétanos-difteria-pertussis y 79 por ciento habían recibido la vacuna meningocócica.

Hay varias explicaciones para la baja tasa de inmunización del VPH entre jóvenes adolescentes. Una es que la vacuna es relativamente nueva - fue aprobada por primera vez en 2006 - y es cara. A 300 dólares por dosis, aproximadamente, la serie de tres dosis puede ascender a 1,000 dólares por niño, aunque actualmente, al igual que con otras vacunas recomendadas por el gobierno, está cubierto por el seguro sin copago, en tanto el programa federal de Vacunas para Niños suministra vacunación sin costo para menores que no están asegurados o su seguro no lo cubre, con base en la Sociedad Estadounidense del Cáncer.

Esta sociedad actualizó el mes pasado su norma de inmunización para la vacuna del VPH, alineándola con el consejo emitido hace dos años por el Comité Asesor de Prácticas de Inmunización, de la rama federal. Si bien este comité consideró evidencia principalmente de estudios patrocinados por la empresa, la sociedad del cáncer vio estudios adicionales conducidos por investigadores independientes.

La sociedad también definió más cuidadosamente el efecto de la edad en la época de inmunización, encontrando menor efectividad con la edad que pone de relieve la importancia de la vacuna en etapas tempranas.

"Si la vacuna se aplicará a personas entre 22 y 26 años de edad, los médicos deberían informarles a los pacientes que es menos efectiva", dijo Debbie Saslow, directora de intervención de control de cáncer por la sociedad del cáncer, de cualquier forma, no es aún muy tarde para inmunizar a estudiantes universitarios que no recibieron la vacuna cuando eran más jóvenes, dijo.

Un segundo obstáculo para una inmunización más extensa del VPH es la errónea creencia de que eso promovería promiscuidad adolescente, argumento usado más comúnmente para contrarrestar consejos de control de natalidad para adolescentes. No hay conexión directa entre la vacuna y la actividad sexual, ni razón para sugerirla, destacó Saslow, el principal autor de las normas actualizadas de la sociedad del cáncer. Si le preguntan, un padre de familia o médico simplemente pudiera responder que la vacuna previene la infección de un virus muy común que puede causar cáncer.

Si bien una parte de la primera publicidad para la vacuna se centró en la prevención de enfermedades de transmisión sexual, dijo Saslow, "primero y sobre todo, esta es una vacuna para la prevención del cáncer. Múltiples estudios no han revelado un solo impacto negativo en alguna medida de actividad sexual entre jovencitas a quienes se administra la vacuna del VPH. No se dice a adolescentes que aprenden a manejar que no se pongan el cinturón de seguridad porque eso pudiera alentarlos a pasarse las luces en rojo".

El apoyo de padres de familia para que menores de 11 a 12 años de edad fueran vacunados contra el VPH ha sido débil, con tan solo 1 de cada 5 creyendo que debería ser un requisito para ingresar a la escuela. Varios estados han propuesto vacunación obligatoria, en tanto una muestra nacional de 1,501 padres de familia con hijos de entre 11 y 17 años de edad mostró que la inclusión de una cláusula "de salida" casi triplicaría el apoyo de los padres de familia hacia un requisito de ese tipo, con base en investigadores de la Facultad Gillings de Salud Pública  Global en la Universidad de Carolina del Norte.

El argumento más pernicioso en contra de la inmunización contra el VPH se relaciona con publicaciones en internet de historias de horror que no fueron documentadas y que algunos padres de familia atribuyen a la vacuna, no muy diferente de la equivocada atribución del autismo a la vacuna para combatir sarampión, paperas y rubeola. Ninguna de las versiones de severos efectos adversos que padres de familia habían vinculado con la vacuna del VPH ha sido sustentada por sólida investigación.

Los efectos secundarios más comunes son dolor local, enrojecimiento o inflamación en el sitio de la inyección intramuscular. Al igual que con otras vacunas aplicadas a adolescentes, a veces se dan desvanecimientos, y se debe aconsejar a los pacientes que se sienten o recuesten durante 15 minutos después de haber recibido la vacuna.

Las vacunas de tres dosis se deberían aplicar a niños y niñas de la siguiente manera: La primera dosis idealmente debería aplicarse entre los 11 o 12 años de edad, pero puede aplicarse incluso a menores desde los 9 años o a adultos jóvenes hasta los 26 años. La segunda dosis se administra uno o dos meses después de la primera. Y la tercera dosis se aplica a los seis meses de la primera. La protección no está completa hasta que se reciben las tres dosis. Sin embargo, no hay un intervalo máximo; si alguna de las dosis es demorada, debería aplicarse a la siguiente oportunidad. No hay necesidad de recomenzar la serie.

Se puede administrar la vacuna con seguridad al mismo tiempo que se aplican otras vacunas, como la Tdap, vacuna meningococal o de influenza. Aunque la vacuna contra el VPH no debería administrarse durante el embarazo, no se ha demostrado aún daño fetal alguno cuando se descubrió embarazo luego que una o más dosis de la vacuna fueran administradas.

Hasta ahora, tampoco hay indicación alguna de que la protección de la vacuna disminuya con el tiempo. Individuos seguidos por hasta 10 años después de la inmunización no han mostrado señal alguna de menor protección, y no se requieren dosis de refuerzo.

 

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