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La Tribuna

La política del "pan y circo" en el año de la productividad

por Carolina Bassa

Columna de Opinión

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En el modelo político de la antigua Roma la organización de espectáculos masivos y la distribución de alimentos en forma gratuita, eran herramientas ampliamente utilizadas en los mecanismos de control social. La política del “pan y circo” para el pueblo instaurada por la elite política romana, está plenamente vigente en la sociedad moderna.

En los albores del segundo mandato de la Presidenta Bachelet, el entonces ministro de Hacienda, Alberto Arenas, señalaba el convencimiento que era posible avanzar en las reformas estructurales y en los cambios profundos del Programa de Gobierno, sin afectar el crecimiento; también relativizó la importancia del crecimiento económico en el desarrollo del país. Sin embargo, las optimistas declaraciones de la máxima autoridad económica, eran el preludio del mayor fracaso de la política fiscal que se haya registrado desde el retorno de la democracia en el país.

Frente a la incapacidad del equipo económico para cambiar el difícil escenario, la política de “pan y circo” se activa junto con dos de los anuncios de la Presidenta respecto la economía del país: el recorte del gasto fiscal en US$540 millones “sin impacto en las familias” y la declaración de 2016 como el “año de la productividad”. Me referiré sólo al último.

El anuncio de la conmemoración del año de la productividad en la reunión anual del ICARE, realizada en diciembre 2015, entusiasmó a los empresarios. Mal que mal, me imagino, es una oportunidad para acercar posiciones entre empresarios y gobierno después de dos años de mutuas recriminaciones y desconfianzas. El foco de atención así como los recursos asociados tienen como destinatario a la micro y pequeña empresa (lo que ya se ha hecho habitual). Los resultados de la intervención difícilmente podrán ser medidos toda vez que los cambios inducidos en productividad al empresario chico no garantiza un cambio sustantivo en la competitividad de la industria nacional. En efecto, la actividad económica y el empleo lo sustenta la mediana y gran empresa, en cuyo plan de inversión subyace la actividad económica del país y, por ende, la actividad de la micro y pequeña empresa de la industria.

Sin embargo, lograr que las grandes empresas sean el objeto de estudio y de asignación de recursos, debe ser tan complejo como haber logrado transformar en objeto de circo a los Patricios de la sociedad romana monárquica e imperial.

Renato Segura                                  

Economista y director

Centro de Estudios Cerregional

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