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La Tribuna

Apoyo social: Determinante clave en la satisfacción con la vida

por Alejandra Sánchez

En su tercera aplicación, el Barómetro de la Felicidad profundiza en los determinantes sociales del bienestar subjetivo en Chile, dando cuenta de la relevancia del apoyo social, tanto desde una perspectiva emocional como funcional, así como de las diferencias de sexo, edad y nivel socioeconómico.

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Relativamente estables se mantuvieron las declaraciones sobre el bienestar subjetivo de los chilenos respecto de 2012 en los distintos indicadores considerados. Como promedio, las personas declaran un 7,5 en la escala de 1 a 10 de satisfacción vital. Asimismo, las personas informan estar más contentas con la familia, amigos y pareja, respecto de su situación económica 6,3 puntos.

Esta evaluación por ámbitos difiere por nivel social, especialmente dependiendo de la situación económica: mientras los segmentos más altos reportan una satisfacción de 7,3 en este campo, los más vulnerables (D-E), califican con 5,7.

Así lo declara el III Barómetro de la Felicidad, estudio elaborado por la Dirección de Estudios Sociales (DESUC) del Instituto de Sociología UC y el Instituto de la Felicidad Coca-Cola, quienes indagaron sobre las variables que influyen en la sensación de bienestar subjetivo de las personas, como la edad, el género, el estatus socioeconómico, los vínculos sociales y su densidad, la satisfacción con los ingresos y la salud, la movilidad social subjetiva, la existencia de pareja y los eventos vitales disruptivos.

Entre los factores determinantes, las experiencias de eventos vitales negativos como, por ejemplo, pérdida de empleo o un familiar enfermo y aquellos positivos como la llegada de un nuevo hijo o tener una pareja; las condiciones sociales así como la percepción que se tiene de ellas, aparecen asociadas en forma significativa con las declaraciones de satisfacción con la vida de los chilenos. Destaca al respecto, la evaluación de la situación económica y movilidad social, de la salud personal y la autopercepción de estrés.

Junto a lo anterior, también cobran relevancia los vínculos sociales, y en particular el apoyo percibido. Este resulta fundamental para enfrentar situaciones adversas, como eventos vitales que inciden en el bienestar.

Para ellos, la máxima es calidad antes que cantidad y la relevancia se relaciona con el apoyo emocional y funcional que ellos proporcionan en la vida cotidiana. De hecho, quienes se declaran más insatisfechas son aquellas personas que dicen no tener en quién confiar, o no tener ayuda en aspectos emocionales, por ejemplo no tener con quien conversar sobre los problemas; y los aspectos prácticos como el cuidado en caso de enfermedad o ayuda en un trámite difícil. Asimismo, quienes a menudo declaran que les falta compañía (11% de la muestra), establecen una satisfacción con la vida de 5,9 puntos en la escala de 1 a 10, mientras que quienes nunca se encuentran faltos de compañía (59%), reportan como promedio 8 puntos en la misma escala.

A nivel cualitativo, la familia se entiende como refugio, sentido y recurso, y por lo mismo juega un rol clave como factor de bienestar subjetivo en todos los grupos sociales, a lo largo de toda la vida.

Dentro de los otros vínculos sociales significativos, destaca el caso de los amigos. Es llamativa la expectativa de las personas respecto de que tales relaciones alcancen el grado de cercanía que se tiene con la familia. Por lo mismo, se espera de ellos altos niveles de incondicionalidad, confianza recíproca y apoyo. Al respecto, en el III Barómetro, se observa que un 18% declara no tener amigos, y un 42% 1 ó 2. Este porcentaje aumentó respecto de 2012 (31%), con una merma de quienes declararon más de 5 amigos o más.

En cuanto a los compañeros de trabajo, los chilenos entienden esos lazos como funcionales, lo cual se ve reflejado en un leve aumento de la desconfianza respecto del estudio anterior de 4 puntos porcentuales para quienes dijeron confiar poco o nada. Sin embargo, esos niveles declarados cambian drásticamente cuando se pregunta directamente por las personas con quiénes se trabaja diariamente. Dentro del 65% de los que dicen trabajar en equipo, un 83% dice confiar algo o completamente en ellos. Asimismo, quienes declaran contar con apoyo de sus compañeros y tener buena relación con gente del trabajo, reporta niveles de satisfacción general con la vida significativamente más altos.

LA FELICIDAD: ¿DETERMINADA POR LA SITUACIÓN EN QUE SE NACE?

Un 58% de los encuestados declaró que la felicidad depende de uno mismo antes que de factores externos. Sin embargo, esta opinión se matiza al momento de hacer una pregunta similar, pero situada en el contexto chileno: un 43% dijo que "cualquiera puede ser feliz en este país" y un 33% opina que "depende de la situación en que se nace".

En general, se observa que los discursos sobre felicidad mantienen un significado heterogéneo y determinado por las diversas condiciones sociales, etarias y de género de las personas. Uno de los hallazgos más interesantes es que la situación económica personal no es sólo relevante desde una perspectiva actual, sino también en comparación con los padres y en proyección con los hijos. Así, la percepción de movilidad social de los entrevistados respecto de sus padres aparece como una determinante significativa en la percepción de felicidad. Al respecto, un 61% de las personas declara haber ascendido al menos un peldaño.

Quienes perciben que ascendieron reportan en promedio 7,7 puntos de satisfacción vital (escala de 1 a 10). Por el contrario, quienes dicen haber descendido declaran 6,9 puntos en la misma pregunta. Pero no sólo la percepción de movilidad pasada es relevante en este aspecto, las aspiraciones de movilidad futura son igualmente importantes. Las expectativas de movilidad ascendente respecto de los hijos, alcanzan al 77% de la muestra, porcentaje que es relativamente similar entre hombres y mujeres, y por nivel socioeconómico.

Sin embargo, si se considera la magnitud del salto al que se aspira, la expectativa es mayor en los sectores de menores ingresos. Mientras un 76% del estrato bajo espera que sus hijos asciendan en promedio tres posiciones en una escala de 1 a 10, en el caso de los sectores medios y altos, esta cifra baja a 2,9 y 2,4 lugares.

DIFERENCIAS SEGÚN GÉNERO, GRUPO SOCIAL Y EDAD

Pese a la estabilidad con la satisfacción general con la vida entre las últimas dos mediciones, hay algunas diferencias destacables. Al evaluar por nivel socioeconómico, hay diferencias significativas en todos los ámbitos en favor de los estratos medios y altos versus los bajos. Por ejemplo, un 32% de quienes pertenecen al estrato bajo se declararon "no muy feliz" o "nada feliz" versus un 12% con la misma percepción pero del estrato alto. Además del económico, hay disparidades importantes en la evaluación de las amistades, por ejemplo; sin embargo, en la satisfacción del tiempo libre se aprecian menores diferencias entre estratos.

En el Barómetro 2014-2015, se incluyó un nuevo ámbito de medición: satisfacción con la espiritualidad, que alcanza a marcar 7,5 puntos. Al jerarquizar por ámbitos, se sitúa al mismo nivel de la satisfacción con las amistades e incluso por sobre la satisfacción referida a la relación de pareja, sin embargo, es mejor calificada por mujeres que por hombres.

Respecto de las emociones, se confirma la certeza de que las emociones positivas como sentirse "agradecido" y la "utilidad" son claves en la sensación de bienestar. La menos declarada es "tranquilidad". Del mismo modo, la emoción negativa "preocupado" es la más mencionada, seguida por "cansado". Las emociones asociadas a dar y entregar, son más declaradas por las mujeres, las ligadas al optimismo y lo funcional (utilidad) son más lejanas para los de más edad (sobre 60 años). Por su parte, los estados respecto de preocupación/cansancio, se ven diferenciados por sexo, edad y - especialmente- por distancias socioeconómicas. A modo general, un 37% de las personas dice sentirse "siempre/casi siempre" preocupado, porcentaje que aumenta a 39% para el caso de las mujeres y un 45% para los de niveles bajos (D-E). En el caso del cansancio, ocurre algo semejante, de modo general un 33% declara haber sentido ese estado durante las últimas semanas, lo que se incrementa entre 5 a 6 puntos, para el caso de las mujeres, los de más edad y nivel socioeconómico más bajo.

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