Cultura Patrimonial y las preocupaciones de Don Osvaldo

Por Eliseo Rivera Altamirano

Director CCMLA

Días atrás don Osvaldo Cáceres, distinguido arquitecto angelino, plantea sus preocupaciones en este mismo diario, acerca del patrimonio angelino, señalando algunos ejemplos de diversas construcciones de la ciudad que tienen esa calidad, por lo que deberían preservarse, entre ellas  la casa Setti en calle Mendoza entre Ricardo Vicuña y Caupolicán, la Casa de los Girasoles, que desde hace tiempo las actuales dueñas querían vender, con su buena planificación interior dando los recintos al patio y al sol, sus cielos decorados y pintados hermosamente, al igual que su fachada con estucos representando grandes girasoles; el recinto del ex hotel Mazzola, que era una antigua casa, la casa Matus y la casa Chiappa, etc. Señala también su preocupación por la Casa de la Cultura y el edificio Libertador Bernardo Ou2019Higgins, ambos ubicados en calle Caupolicán frente a la Municipalidad; preocupaciones que, por cierto, compartimos. Agrega otros puntos de vista debatibles en cuanto, creo, expresan una opinión con sesgo, algunos de los cuales no conllevamos, sobre todo cuando emplea más de algún concepto  subjetivo.

Uno de los ejes del desarrollo cultural del país -planteado en la política cultural del Consejo de las Artes y la Cultura-   lo constituye lo patrimonial, con dos objetivos fundamentales: a) contribuir a que se valore y resguarde el patrimonio cultural  material y, b) contribuir a que se valore y resguarde el patrimonio cultural inmaterial.

En nuestro país existe una Corporación de Monumentos Nacionales que, creo, apunta más bien al primer objetivo, sin perjuicio que abarque aspectos relacionados con el segundo. En su filial Los Ángeles, esta Corporación, en la que participa don Osvaldo, se preocupa de lo patrimonial material así como  también del otro objetivo, a través de diversas acciones como las tertulias que se realizan mensualmente y charlas de diversa naturaleza. A propósito del terremoto del 2010, dicha Corporación, junto a otras entidades culturales, defendió el edificio del ex internado del Liceo de Hombres ubicado en la calle Lautaro, frente a la Plaza de Armas, que en una primera instancia parecía aconsejable demoler y que estudios de expertos  demostró que no tenía daño estructural por lo que se podría reparar, dado su condición de monumento patrimonial.

No mencionó don Osvaldo en su columna, también motivo de profunda preocupación de parte del mundo cultural, social y político, la iniciativa de la Casa/museo de Ou2019Higgins, patrimonio material, que si bien es cierto, su construcción está fuera de la comuna - pues su sede sería en el sector del Castaño de Ou2019Higgins en Canteras-, su impulso ha sido obra del Instituto Ou2019Higginiano y de otras instituciones locales como la misma Corporación de Monumentos, la Cámara de Comercio, además de las instancias oficiales como el Municipio y la Gobernación. En dicho proyecto ha participado activamente don Osvaldo, encargado de los estudios técnicos y de su factibilidad.

Lo que pasa con la Casa de la Cultura y el edificio Libertador Bernardo Ou2019Higgins, en calle Caupolicán, frente a la Municipalidad, es preocupante. Ambas edificaciones permanecen tal cual desde el terremoto, a pesar de la postulación de proyectos para remodelarlos, presentados por las distintas administraciones del quinquenio. Sabemos de los esfuerzos de la actual administración para lograr su restauración preservando su estructura patrimonial que se vería coronado, sino este año, el siguiente. Lo mismo acontecería con el edificio del ex Liceo de hombres, donde ya están, inicialmente, aprobados recursos económicos para construir allí el Centro Cultural de la comuna. En estos proyectos puede intervenir la Municipalidad angelina, en cuanto dichas construcciones son de su pertenencia. Pero  las casas o construcciones mencionadas anteriormente, son particulares y, por lo tanto, algunas entidades culturales o patrimoniales, podrían o deberían postular a fondos para su preservación, como la misma Corporación de Monumentos.

Incluso, podría hacerlo la Corporación Cultural Municipal en una próxima etapa, cuando esté ya muy bien consolidada, pues apenas tiene una existencia legal de dos años que cumple a fines del presente mes. Mientras tanto, está abocada a su consolidación y a desarrollar actividades más bien orientadas a lo inmaterial, además de otros objetivos planteados con el Consejo de las Artes y la Cultura, como talleres de distinta naturaleza y muy abundantes que ha desarrollado el presente año, así como presentaciones musicales, teatrales y otras expresiones artístico/culturales para distintos grupos etáreos, tanto en lo urbano como en lo rural, que han sido ampliamente difundidas y, por lo tanto, de público conocimiento. Y también ha enfrentado dos acciones muy importantes para la comuna: la presentación de un proyecto vía ley de donaciones culturales para la construcción del Museo Artequín, en calle Valdivia, edificación que está en pleno desarrollo para culminar antes que termine el año, y cuya función principal es poner al alcance de la niñez y juventud estudiantil el arte, de una manera didáctica y dinámica. La otra tarea, o compromiso, ha sido aceptar el traspaso del teatro municipal para su administración, en lo que se está trabajando en estos  momentos con distintos desafíos tanto cuantitativos como cualitativos, con costos muy acotados. Y para ello, ha debido instalarse en algunas oficinas del antiguo Liceo de Hombres, refaccionadas,  para cumplir con su cometido principal, que es colaborar  con el desarrollo cultural; y dicha instalación es provisoria hasta que se concrete el  Centro Cultural donde se contará con las instalaciones adecuadas.

Siempre hay tareas y compromisos pendientes, cuyos desafíos habrá que abordar en el próximo bienio, sobre todo cuando ya esté en funciones el Centro Cultural de la comuna que, como ya se ha señalado en diversas oportunidades debería concretarse, si no este año, a más tardar el próximo. Allí se conjugará lo material con lo inmaterial de la cultura.