"Uno tiene la responsabilidad de ser un aporte para el otro"

Por: Alejandra Sánchez Ocampo

[email protected]

Fotografías: Alberto Zúñiga

María Johanna Palma (40), es una mujer de mucho esfuerzo. Es la mayor de 13 hermanos, quien con apenas 14 años comenzó a trabajar como empleada doméstica para ayudar a su familia, siempre pensando en salir adelante y lograr sus objetivos.

Ella nunca dejó sus estudios de lado, se organizaba para darse tiempo de trabajar y estudiar.

Pasó por diferentes rubros en el área laboral, hasta que llegó a una reconocida empresa angelina, en la que lleva 20 años, en el cargo de secretaria.

Así fue aprendiendo, hasta llegar a ser la jefa de ventas, cargo que ocupa hasta hoy.

Fue precisamente estando ahí que se decidió a seguir con sus metas y obtener su título profesional, y fue así como su familia, colegas y jefes la apoyaron e incentivaron, siendo un pilar fundamental para lograr ser una ingeniera en administración.

¿Cómo y por qué llegó a ser jefa de ventas?

Llegué a mi  trabajo actual a través de la dueña del mismo, esposa de don Ricardo. Había salido recién de la Enseñanza Media cuando llegué a un supermercado, donde ella acostumbraba a realizar sus compras.

¿Antes de eso realizaba otra actividad?

Me desempeñaba como cajera y jefa de área en un supermercado que estaba cerca de lo que antes eran los tribunales.

¿Qué cualidades debe tener una persona que desarrolla tu cargo?

Honesta, proactiva, comprometida, con una inteligencia emocional aceptable, entre otros. Es complicado trabajar con personas. Todos aprendemos de todos, siempre es así, pero lo equivocado es lo primero que se aprende. Por lo mismo, se debe tratar, dentro de lo posible, de mantener un equilibrio en todo sentido. En otras palabras, se tiene la responsabilidad de ser un aporte para el otro.

¿Cuánto lleva trabajando en esto?

18 años, 1 mes y 2 días.

¿Qué logros o satisfacciones le ha traído su labor?

Crecimiento personal y profesional. En mi trabajo se le da mucha importancia a la familia y a valores personales que no siempre están presente en todos los trabajos: como la unidad, la lealtad, la preocupación por el otro y el buen trato, entre otros.

A menudo nos lamentamos que existe gente egoísta, con una moral muchas veces nula, pero existe también gente de espíritu generoso, con ganas de hacer la diferencia. Aquí,

en mi trabajo, como en otros tantos lugares, he tenido la oportunidad de conocer a gente así (clientes, colegas) de las cuales he aprendido y enriquecido bastante.

Además de esto, ¿realiza otras actividades?

Hasta hace 2 semanas había comenzado una magister en Educación Superior, pero, producto de unos inconvenientes personales, estoy reorientándome. En todo caso, soy inquieta y algo nuevo y entretenido saldrá dentro de poco.

¿Qué quería ser de pequeña?

Maestra de escuela. Siempre he admirado a los profesores y docentes. En ellos se pueden observar valores dignos de imitar, lo que muchas veces motiva a otros. Es una profesión digna, inspiradora y generosa.

Tengo entendido que mientras trabajaba estudió una carrera universitaria, la que terminó. ¿Cómo fue o ha sido esa experiencia de poder lograr tener su título profesional?

Sí, efectivamente. Estudié en la UCSC, en horario vespertino,  ingeniería de ejecución en Administración mención Finanzas y Comercio Exterior. Ha sido una de mis mejores experiencias, con profesores de calidad y compañeros excepcionales, con valores altruistas. En mi trabajo me apoyaron bastante, lo que facilitó las cosas.

¿Qué sacrificios ha tenido que realizar?

No estar el tiempo que hubiese querido con mis hermanos, familia y amigos. Es increíble cómo se nos va el tiempo y, en consecuencia, nos perdemos momentos enriquecedores con

las personas que son importantes para nosotros.

El rubro que desempeña es un área de hombres, ¿cómo se ha sentido en ese ámbito al ser mujer?

Inicialmente fue difícil, pues los hombres en general cuidan su espacio. Conforme fue pasando el tiempo, me fui especializando en cursos y programas que, a la par de la experiencia diaria con los clientes, colegas de trabajo y proveedores, fue posicionándome entre ellos sin mayores inconvenientes.

¿En qué se encuentra actualmente?

Replanteando mis prioridades. Entre ellas, disfrutar más de la gente y de la vida. Incrementar mi capital cultural, poner en práctica actitudes y actividades más sanas como el deporte, entre otros.

¿Qué proyecciones tienes?

Ser más feliz de lo que ahora soy, obviamente, agradeciendo a Dios y a las personas por la oportunidad.