La historia del angelino que estuvo en la catástrofe del norte

Alejandra Sánchez Ocampo

Claudia Robles Maragaño

“Fue una jornada muy dramática, vimos mucha gente que estaba aislada e inundada hasta el cuello”, comentó Edgardo Labrín Ramos, un angelino que se encontraba trabajando en el norte del país al momento del aluvión que afecto esta semana a las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo.

Labrín es conductor de camiones de la empresa Sotraser. El sábado pasado, producto de su trabajo, viajó al norte del país y, de manera circunstancial, se tuvo que enfrentar con uno de los problemas meteorológicos más complejos del último tiempo, sin embargo, logró salir y con algunas dificultades pudo retornar su marcha a Los Ángeles.

Antofagasta, Atacama y Coquimbo, tres regiones desérticas que hasta el lunes estaban afectadas de intensas sequías, han enfrentado en cosa de horas lluvias equivalentes a las de todo un año. Aluviones, desborde de ríos, corte de carreteras, derrumbe de puentes y apagones eléctricos han provocado una cantidad indeterminada de damnificados, que solamente con la luz del día y el paso de las horas las autoridades comenzarán a cuantificar.  

El afectado relató en exclusivo a La Tribuna, como vivió esa trágica jornada, que le costó la vida a 7 personas, dejó una veintena de desaparecidos y más de 5 mil damnificados.

“Yo descargué en Iquique y tenía que volverme el día martes, pasé por Chañaral el miércoles en la madrugada, y ahí me encontré con la sorpresa de que estaba todo inundado, incluso nosotros pasamos con el camino inundado, el agua alcanzaba la mitad de las ruedas del camión”.

¿Cómo pudiste salir de la zona norte?

Salí por Antofagasta, estaba lloviendo pero no era tanto cuando yo pase por acá, pero creo que después que pase empezó a llover muy fuerte. Cuando iba por Chañaral ahí la cosa estaba bastante crítica, y en Copiapó estaba el desastre más grande, creo yo, porque las calles eran un verdadero río.

En este camino de regreso a Los Ángeles, ¿Cuál fue el tramo más peligroso y por qué?

Yo creo que fue desde Copiapó a Vallenar, porque la carretera parecía un mar, pasaba el agua de lado a lado, la cantidad de vehículos eran muchos, habían cortado un buen rato el tránsito y se juntaron muchos vehículos, y cuando los hicieron pasar era bastante riesgoso.

Edgardo Labrín, lleva 9 años trabajando en este rubro, con una ardua experiencia, quien comenta que para el norte no le había tocado viajar muchas veces, nunca había visto que lloviera de esa forma, ”cuando vi llover así, me parecía que estaba en el sur”.

¿Hay colegas tuyos que siguen en esa zona?

Sí, hay colegas allá, pero escuché que la empresa se está preocupando por ellos, para prestarles ayuda, viajar al norte y ver qué es lo que podían hacer, pero la verdad es que no tenían como comunicarse con ellos, entonces igual estaban preocupados por ese tema.

Durante varios días debió permanecer en la zona norte del país, en medio de las intensas lluvias y aluviones, pero ya está de regreso en Los Ángeles, junto a su señora y sus dos hijos, quienes estaban muy preocupados sin saber cómo y en qué condiciones estaba Edgardo. “Ellos estaban muy preocupados, mi señora me llamaba a cada rato, querían saber la verdad, si estaba bien o no, porque ellos sólo veían por la televisión y no tenían claro cuál era mi condición”.

Agregó que “gracias a Dios ya estamos de vuelta en casita y esperar de que el próximo viaje para allá no sea tan lluvioso”, concluyó Edgardo.