"Siempre voy a estar ahí, no voy a perder el norte"

Por: Alejandra Sánchez Ocampo

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Francisco San Martin, 61 años, proveniente de la localidad de “El Carmen”,  prácticamente nació rodeado de los caballos. De muy pequeño su vida fue marcada por este ejemplar y el rodeo, deporte que lleva en la sangre y heredo de su abuelo que también corría.

¿Cómo fueron sus inicios?

Eso lo llevo en la sangre, mi abuelito corría antes, a las corridas que iba eran esas que se hacían a la antigua, en esa época se hacía un “enquinchao” de unos 80 ó 100 metros, se juntaban los viejos ahí, hacían su asadito, en realidad eran como las “paletiadas”, y ahí topeábamos. Y ahí empezó el bichito, a mí me gustaban los caballos, toda mi vida, desde chico.

A mi papá nunca le gustaron los caballos corraleros, tenía puros caballos criollos, entonces cuando yo empecé a trabajar le decía a mi papá que quería tener una yegua para empezar a criar, y así fue. Compre mi yegüita y forme un pequeño criadero “Doña Camila”.

¿Cómo y cuándo comenzó a correr?

Tenía como 26 años, fue en el Carmen, el diputado Rosauro Martínez se hiso una medialuna en su fundo, y nos invitó a los carmelinos, e hicimos una pichanga, y ahí fue la primera vez que corrí, fue una pichanguita para compartir un asado.

¿La primera vez que compitió?

La primera vez uno siempre tiene un montón de nervios, uno no sabe cómo va a ser, como se va a realizar, pero en realidad los nervios no me comieron, todo me salió bien y de ahí seguí con más fuerza.

¿En cuánto rodeos ha participado?

En realidad, yo no soy un jinete digamos de los buenos, siempre tratando de hacer las cosas lo mejor posible, pero no sé cuántos rodeos, hace años que llevo corriendo, he premiado varias veces, he sacado primeros y segundos lugares de la serie, pero campeonatos clasificatorios todavía no he llegado a ninguno, no he podido premiar, no he tenido la cantidad de puntaje para llegar a alguno.

¿Qué satisfacciones le ha traído?

Muchas, producto de ello que yo tengo dos caballitos en este momento que están corriendo, satisfacciones porque mi caballo regalón lo he premiado harto, y también se lo he prestado a muchos amigos que han ido bien con el caballo, entonces son satisfacciones que un amigo le da, que ellos también disfruten también lo que uno tiene y lo aprecien desde afuera. Uno puede decir mi caballo es súper bueno, pero es porque uno tiene esa apreciación, pero si otra persona se lo dice se siente bien.

¿Qué significa el rodeo para usted?

Para mi encierra muchas cosas, acá uno hace familia, se reúne con los amigos, conoce nuevos amigos. Para mi puede ser un festival donde nos juntamos todos, y uno ve el resultado del trabajo, todo lo que en el año le hace a su caballo, del cuidado, preocupaciones y demostrar que es lo que puede hacer, es un complemento, caballo y jinete son uno, es muy bonito, yo disfruto mucho del Rodeo, y soy esa persona que no se va de un rodeo si no me bailo un pie de cueca.

¿Cómo se siente al ser parte de este deporte nacional?

Yo creo que uno está representando a aquellas personas que quisieran hacerlo y por algún motivo no pueden, o no tienen la suficiente personalidad de acercarse y decir yo quiero pertenecer a un Club de Rodeo, pero hay mucha gente que vibra y nos va a ver a la medialuna y disfruta con lo que nosotros hacemos, y sentimos y encontramos el apoyo en ellos, yo creo que en cierta forma estamos representando a todas esas personas.

¿Qué espera poder lograr más adelante?

Yo no soy un gran soñador, siempre me conformo con cosas que uno pueda desarrollarlas. Por problemas a mi columna creo yo que no podrá seguir corriendo, pero si voy a seguir apoyando a mi club y la asociación en este andar de poder manejar todo lo que es la organización en un rodeo, siempre voy a estar ahí, no voy a perder el norte en ese sentido. Voy a seguir criando para ver si mi nietecito lo entusiasmo a que aprenda a correr y haga lo que hacía su abuelo.