Vecinos de villa Galilea denuncian falta de frecuencia en línea de colectivos Iansa Avellano

Pía Salcedo Garcés

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Más de media hora deben esperar los usuarios de la línea Iansa Avellano en horario punta, expresó el dirigentes Cristian Fuentes en compañía de Felipe Matamala, vecinos de la villa Galilea.

Ambos reclaman por la falta de frecuencia del recorrido que comienza en el sector sur poniente de Los Ángeles y que recorre  el centro de la ciudad para finalizar en el sector norte de la comuna.

En búsqueda de respuestas, se acercaron a conversar con la asociación de colectiveros sobre el recorrido mencionado. “Nos recibió Miguel Rodríguez, presidente del gremio con muy buen ánimo y, primeramente, le planteamos el tema de la frecuencia. La respuesta fue que tenían 120 móviles, excusándose en agentes externos. El tema es que ellos son dueños de sus vehículos. Entonces, pueden estar detenidos todas las horas que estimen conveniente”, denunció Fuentes.

Tanto Fuentes como Matamala relataron que el encuentro finalizó con el compromiso del presidente del gremio, Miguel Rodríguez, de realizar una exhaustiva fiscalización del recorrido en horarios punta.

TARIFA

Otra de los reclamos de los vecinos dice relación con el valor del pasaje, expresó Matamala. “Desde el supermercado Jumbo hasta la calle Orompello nos cobran 600 pesos. Desde la villa Galilea al terminal de buses son 700; recordemos que el valor hace unos meses estaba a 550, entonces no entendemos”, expresó el dirigente.

Evidenciaron que -como alternativa- muchos usuarios optan un recorrido que los deja a unas cuadras de distancia.

“Varios vecinos están tomando la opción de la línea Ciudades de Chile y se bajan en Padre Hurtado con Colo-Colo para luego caminar unas cuadras, ellos cobran una tarifa mucho más baja”, expresó Fuentes.

La situación, agregó, se la comentó a un colectivero y la respuesta que le brindó fue que la línea Ciudades de Chile tenía competencia, mientras que los de Iansa Avellano no.

USUARIO FISCALIZADOR

Los dirigentes sociales hicieron un llamado a que los pasajeros de las demás líneas de transporte público reclamen si perciben alguna anomalía.

“Los angelinos deben saber que detrás de un colectivo hay una jurisdicción, porque ellos prestan un servicio público. No es llegar y comprarse un auto, tomar pasajeros y ya. El Ministerio de Transporte debe fiscalizar, pero ellos no saben nuestras falencias. Entonces, somos los usuarios los que debemos manifestar si alguna situación no corresponde”, explicó Fuentes.

Por lo mismo, exhortó a canalizar sus reclamos a través de las juntas de vecinos y a tocar puertas para obtener mejoras.

En la búsqueda de soluciones, los vecinos se acercaron a las oficinas de la autoridad local y entablaron diálogo con el gobernador provincial de Bío Bío, Luis Barceló.

En el encuentro, Barceló se comprometió a evidenciar la situación al Ministerio de Transporte y a citar a las partes involucradas para mejorar el servicio de tranporte público.

EN TERRENO

La Tribuna salió a la calle a consultar a los usuarios del recorrido, quienes confirmaron que la frecuencia de colectivos es muy baja.

“Es una hazaña tomar la línea Iansa Avellano, sobre todo durante las mañanas, noches y fines de semana, incluso el día domingo es casi nulo”, indicó Andrea Puentes.

Debido a ello, se ha visto afectada en su rutina diaria: “No tener seguridad en el tiempo de espera afecta mi planificación. Me levanto a las 6:30 y a las 7:20 estoy en el paradero esperando el colectivo, yo entro a las 8 pero nunca se sabe cuánto se va a tardar el vehículo, debería pasar cada 15 ó 20 minutos, y la realidad es que tarda unos 40 en llegar. Lo más trágico es que a veces pasan dos vehículos juntos“, expresó Puentes.

El paradero más emblemático es el ubicado en calle Valdivia, a la altura del McDonald’s relató el contador José Palma.

“Es una lucha la que se produce en esa esquina entre los jóvenes que están en el mall y todos los que trabajamos en el centro, no mentiré que somos unos 25 usuarios esperando la misma línea. Por la impaciencia, comenzamos a caminar en dirección al norte, para poder localizar un vehículo con espacio, y debo denunciar que ni en calle Tucapel con Valdivia se logra subir al colectivo, debemos seguir avanzando. Nos falta poco para llegar al terminal de buses”, expresó Palma. Andrea Palma, su hija, agregó que en el instituto donde estudia no creen que sus retrasos se deban a la falta de frecuencia de colectivos.

“El año pasado llegué varias veces tarde a certámenes y eso que llegaba con 40 minutos de anticipación al paradero porque, en la realidad, el recorrido se demora 20 como máximo; dejaba 20 minutos de margen y ni con eso logré llegar a tiempo. Sólo espero que este año no me pase lo mismo porque varios profesores, y hasta los mismo compañeros, me molestaban”, relató Andrea.