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La Tribuna

Biodiversidad de Biobío ya resiente los efectos del cambio climático

por Jorge Guzmán Buchón

Algunas prácticas relacionadas a actividades productivas podrían ocasionar daños irreversibles que se comenzarían a manifestar en una o dos décadas.

am 3 1802 / Reservorios de agua superficial en parte han visto disminuido su volumen debido al uso de los ríos para usos agrícolas o recreacionales, en desmedro del medioambiente local.

Múltiples son los efectos negativos que ya se están manifestando en la región del Biobío debido a la escasez de lluvia, explicó Juan Macaya, especialista en educación ambiental, quien dijo que la plantación de bosques, la actividad agrícola y la construcción de pozos profundos están causando cambios que serán irreversibles en 10 a 20 años más si no se modifica ese tipo de prácticas.

El profesor de biología aseguró al diario La Tribuna que el cambio climático provocado por el hombre ha interrumpido el ciclo del agua, como es el caso de los bosques nativos, que es una esponja y finalmente un reservorio de aguas lluvias que se están haciendo escasas durante el invierno.

Macaya señaló que ya no hay nubes debido a la transpiración de los árboles nativos, que se va a las nubes, sin necesidad de que haya un frente frío que venga desde el mar cargado de nubes, cosa que ya está interrumpida en un nivel drástico.

A lo anterior se añaden las plantaciones como el eucalipto que secan cursos de agua naturales, el río Quillaileo ya no tiene agua, pero aguas arriba, donde nace el río Duqueco y al lado, en las vegas de Quillaileo, plantaron eucaliptus, cosa que explica el hecho de que este cauce se haya secado.

El especialista ambiental dijo que si se plantan eucaliptus, este árbol impermeabiliza el suelo con los aceites que produce, lo que no hace posible que se infiltre agua y se recuperen las napas.

EFECTOS

Juan Macaya continuó detallando que con este entorno alterado, desaparecen las especies de fauna silvestre de esos lugares al escasear el agua, profundizarse la napa y desaparecer el agua superficial que había en aquellos lugares. El zorro, la liebre y el pudú, por nombrar algunos, necesitan agua para beber, muriendo estos animales por inanición debido a la falta de alimentos que dejan de estar disponibles por este cambio en su ecosistema y por la falta de agua que necesitan para vivir, afectándose en ese caso, la flora y la fauna de nuestra región. Para contribuir a detener el cambio climático, el profesor de Biología dijo que se debe proteger a como dé lugar cualquier humedal que todavía mantenga aguas superficiales, ya sean lagunas, pantanos, pajonales o mallines. El problema es que como hay menos pluviometría anual, estos lugares no alcanzan a contener la cantidad total de reservas que son capaces de almacenar, porque los ríos que originan estas cuencas han perdido caudal y en áreas húmedas o pantanosas se está drenando el suelo para fines agrícolas o recreacionales, olvidando que la naturaleza debe ir primero.

Macaya aseguró que si se interviene el origen de los ríos, éstos se secan definitivamente, por lo que si se continúa con este tipo de prácticas no habrá salida de los problemas que causarán en 10 o 20 años más. En este momento muchas napas superficiales se están perdiendo debido a la plantación de eucaliptus, por ejemplo, por lo que no corresponde realizar este tipo de prácticas, hacen falta leyes que protejan los cuerpos de agua como vertientes o de lo contrario los ríos se seguirán secando.

Otro ejemplo de los efectos del cambio climático en la disponibilidad de agua para la región del Biobío mencionados por Juan Macaya es lo que sucede en el río Mulchén: Este no lleva una décima parte del caudal que tenía antes, entonces estamos secando ríos, sean estos pequeños, medianos o grandes. El río Biobío no lleva el caudal que tenía antes por la intervención del ciclo del agua, a través del cambio de la vegetación, pero también debido a ciertas obras de proyectos productivos que terminan con el agua superficial, que es la más importante que tenemos, a través de la construcción de pozos profundos, a más de 40 o 60 metros de profundidad, que entregan un gran caudal de agua, pero hace desaparecer las napas superficiales, entonces quienes tenían pozos de 12 metros de profundidad, porque estos pozos profundos bajan las napas, disminuyendo de esta manera la disponibilidad del agua superficial.

ACCIONES INMEDIATAS

Otras amenazas al medioambiente las constituyen las obras de drenaje, financiadas a través de recursos del Estado, para secar humedales y convertir los terrenos en suelos agrícolas o con la construcción de pozos profundos para proyectos de tecnificación de riego, terminando así con el agua, uno de los recursos más preciosos que nos entrega la naturaleza, explicó Macaya. El especialista en medioambiente agregó que se debe considerar a su vez la protección de las micro cuencas, porque ahí está el origen de las aguas superficiales que debemos proteger a como dé lugar, no podemos seguir plantando eucaliptus donde se origina el agua y es más, debiéramos retrotraernos a despejar esas áreas impactadas y volver a plantar los nativos que estaban originalmente en estas zonas para enmendar el daño provocado.

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