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La recepción municipal podría concretarse en los próximos días tras constatarse que solo restan detalles menores, como la culminación del mural del memorial y la instalación de un espejo de agua.
Esta obra representa el segundo de tres compromisos adquiridos por Enel con las comunidades de Quepuca Ralco.
El primero fue la Escuela de Quepuca Ralco, que ya se encuentra terminada y actualmente atiende a 52 estudiantes del sector; mientras que el tercero corresponde al hito memorial, que será instalado durante los próximos días como símbolo espiritual y cultural de la historia pewenche.
El cementerio fue concebido inicialmente como una mejora del antiguo camposanto de Ralco Lepoy, pero tras un extenso proceso de diálogo entre dirigentes, las comunidades y la empresa, se determinó construir un nuevo espacio de descanso ancestral en Quepuca Ralco.
"La obra fue diseñada por el arquitecto Rodrigo Figueroa, posee un hito memorial de acceso, una ruka, baños, oficina, bodega, recorridos accesibles y no accesibles, camino vehicular y un espacio de descanso, con una superficie construida de 194,43 m²", indicó la directora de Obras de la Municipalidad de Alto Biobío, Romina Ocares, a Diario La Tribuna.
El lugar, definido de manera consensuada con las comunidades, está estratégicamente ubicado con vista al volcán, elemento central en la cosmovisión pehuenche, y cercano a las localidades de Quepuca 2, El Avellano y Aukin.
El diseño del lugar fue construido participativamente, respetando elementos de la cultura y espiritualidad pehuenche.
Según indicó Daniel Ancán, encargado de sostenibilidad y relacionamiento comunitario de Enel, el cementerio tendrá capacidad inicial para 270 personas, con posibilidad de ampliación para más de 1.500, todo con "estándares distintos a lo que tradicionalmente se han visto en las comunidades".
Por su parte, la vicepresidenta de la comunidad Quepuca Ralco, Ericka Jara, valoró el avance como un hecho histórico para las familias pehuenches.
La construcción del cementerio y memorial de Quepuca Ralco no solo representa una solución concreta a una necesidad postergada por años, sino también un símbolo del trabajo conjunto entre comunidades.
Es, al mismo tiempo, un espacio para el descanso de los ancestros y un punto de encuentro para las nuevas generaciones.
El proceso, que ha tomado cerca de una década, está próximo a concluir formalmente, dando paso a un nuevo capítulo en la relación entre los pueblos originarios y quienes ocupan roles de responsabilidad pública o privada.
La visita de inspección fue encabezada por la directora de Obras, Romina Ocares, junto al profesional Jaime Flores. Ambos funcionarios recorrieron junto al alcalde Félix Vita cada una de las instalaciones del cementerio: el hito memorial de acceso, la ruka ceremonial, baños, oficinas, bodegas, senderos —accesibles y no accesibles—, el circuito vehicular y el espacio destinado al descanso ancestral.
Durante la inspección también estuvo presente una comitiva de Enel, representantes de la inspección técnica, el profesional residente y representantes de las comunidades.
Se constató que las obras estaban prácticamente finalizadas, por lo que solo restan detalles menores como la culminación del mural del memorial y la instalación del espejo de agua.
Finalmente, Ocares indicó que las observaciones fueron de carácter constructivo y no estructural. La Dirección de Obras Municipales (DOM) confirmó que la recepción podría concretarse en los próximos días, una vez revisados los antecedentes ingresados el 11 de julio.
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