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Lucy Leiva Bravo es maestra orfebre que lleva más de 45 años en la actividad y casi 30 años como profesora de artesanías. Hace unos días fue premiada por su trayectoria y sus destrezas en la creación de piezas de la cultura mapuche.
Fue parte de los creadores reconocidos en los Premios Regionales de Arte y Cultura del Biobío 2023, cuyo objetivo es valor la labor de artistas chilenos, ya sea nativos de la región o no, que hayan contribuido de manera continua y significativa al ámbito artístico y cultural. Un rol que la artesana angelina cumple, través de su obra y su historia de vida.
Lucy Leiva Bravo, de 60 años, es hija de padres artesanos y ha colaborado en varias instituciones y fundaciones a lo largo de su carrera con la cultura indígena pehuenche. Siempre ha tenido el foco en las mujeres, a quienes capacita en platería mapuche, telar mapuche, artesanía en pita, cuero, y otras técnicas de la artesanía.
Por esa razón, fue considerada como una referente de la cultura tradicional, por la que se hizo acreedora del galardón "Gabriela Pizarro".
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La propia creadora reconoció que "para los artesanos a veces es muy difícil participar en todos estos proyectos o premiaciones que son del Consejo de las Culturas y las Artes. He postulado a otros proyectos creativos para buscar alguien que represente la artesanía en Los Ángeles, porque no lo tenemos, y es complicado, pero ahora se dio la oportunidad".
Las piezas que fabrica Lucy son elaboradas por ella misma, desde el proceso de fundición hasta laminado de todo lo que es en plata, lo que le ha permitido estar en ferias y exposiciones a lo largo de todo Chile.
"Soy la primera artesana que eligen en esta categoría, que es de Cultura Tradicional y lleva el nombre de Gabriela Pizarro, que es la cantautora nacional que tiene mucho prestigio y mucha historia", comentó.
Destacó que "fue muy bonito y muy grato recibir esto, es difícil asimilarlo todavía porque nunca había recibido un reconocimiento de este calibre por así decirlo, uno a veces no lo ve, pero es grande".
Lucy relató que "cuando cumplí 60 años, empecé a querer retirarme de a poco de los talleres, porque es un trabajo sacrificado. A veces me voy a Alto Biobío por cuatro días, dejo a mi familia sola, entonces me dije que iba a empezar a hacer mis diseños que es lo que más me gusta. Siempre estoy apurada en hacer artesanía solo para participar en la feria, porque no es fácil hacer cosas a mano y es muy lento además"
Con el incentivo de empezar a defender la artesanía local, la idea de Lucy Leiva es agrupar a los artesanos de Los Ángeles y de la provincia de Biobío, donde se represente la cultura y se muestre la artesanía de la zona.
La maestra orfebre se lamentó que "en Los Ángeles lamentablemente hay mucha gente que se aprovecha y dice ‘soy artesano’ pero compran cosas, las revenden y le quitan los espacios a los verdaderos artesanos. Hay muchos, muchos revendedores y productores. Está bien que los haya, pero en la artesanía solo caben los artesanos que somos muchos pero nos vemos poco. Mi idea es juntarlos a todos para representar a Los Ángeles".
Por lo mismo, se planteó tener "un espacio que nosotros elijamos para mostrar nuestros productos, no donde las autoridades o representantes nos quieran poner. Eso y por todos los artesanos de Chile, también necesitamos leyes y seguros para nosotros".
También formuló un llamado y un recordatorio a la comunidad en el sentido de reconocer el oficio de la artesanía y la orfebrería, valorándolo como trabajo que es. Hizo ver que existen muchas familias que se sustentan a través de cada una de estas disciplinas que además de la fabricación de los objetos, ayudan a embellecer el entorno y darle identidad a un territorio.
"Como artesanos no aparecemos en una Carta Magna, ni somos visibles a los ojos de los chilenos. Somos un oficio donde somos muchos, pero cuesta mucho que nos valoren. Cuando enseño a mis alumnas les digo que la artesanía es un lujo, no una necesidad básica, la comprará alguien que realmente le interese lo que uno hace o quiera regalar algo bonito, y le interese lo hecho a mano. No podemos obligar a nadie a que le guste lo que hacemos", concluyó.
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