Ruta de la Madera

La Ruta de la Madera se construyó y habilitó en la década de 1990, siendo la primera que se ejecutó a través del sistema de concesiones, el mismo que ha permitido el sustantivo mejoramiento de las principales rutas del país, como la Cinco Sur. El proyecto buscaba mejorar la conectividad entre Nacimiento y Concepción, facilitando el transporte de productos forestales y potenciando el desarrollo económico y social de la región del Biobío.

Sin embargo, desde su puesta en marcha, la ruta ha enfrentado varios problemas, alguno de los cuales se produjeron cuando llevaba algunos meses de haber sido entregada en operaciones. Uno de los principales desafíos ha sido el deterioro de la infraestructura debido a la abrupta geografía de la Cordillera de Nahuelbuta, sumado al constante tránsito de camiones de alto tonelaje que transportan madera.

Otro problema importante ha sido la seguridad vial. La Ruta de la Madera ha registrado un alto número de accidentes, muchos de ellos graves o fatales, atribuibles a factores como el mal estado de la carretera, las condiciones climáticas adversas, y la conducción imprudente de algunos conductores, tanto de vehículos ligeros como de camiones. Fue famosa la curva en el sector El Guindo, a la que se le adjudicó el triste apelativo de "Curva de la Muerte" por la sucesiva ocurrencia de accidentes fatales, consecuencia del exceso de velocidad y mal diseño de la ruta.

Sin embargo, la ruta ha sido vulnerable a desastres naturales. Durante el terremoto de 2010, parte de la infraestructura sufrió daños significativos, afectando la transitabilidad y requiriendo reparaciones urgentes para restablecer la conexión entre Nacimiento y Concepción. Decenas de localidades interiores en Nacimiento y Santa Juana quedaron prácticamente aisladas para el tránsito vehicular por largas semanas hasta que el camino fue recuperado.

Sin embargo, las inclemencias naturales volvieron a pasarle la cuenta a la Ruta de la Madera (ahora en manos del Estado hace cerca de una década). Un socavón obligó a suspender de manera absoluta el tránsito vehicular que recién pudo ser restablecido durante el fin de semana. En esas mismas jornadas, las comunidades rurales de Santa Juana y Nacimiento, acompañadas de sus respectivas autoridades comunales, se manifestaron para reclamar por el mejoramiento de la ruta, de manera que pueda otorgar seguridad para su tránsito.

Aunque a lo largo de los años, se han llevado a cabo diversos trabajos de mejoramiento y rehabilitación para abordar estos problemas, la combinación de factores como el tráfico pesado y las condiciones geográficas ha representado un desafío continuo para mantener habilitada la ruta.

Desde que la ruta volvió a manos del Fisco (la concesionaria apuró la entrega, básicamente porque no era el negocio que esperaban), es responsabilidad del Estado que el camino no solo sea seguro, sino que pueda ser una verdadera opción para transitar desde y hacia Concepción. Si bien la geografía impone un desafío mayor, es fundamental contar con opciones que unan a las ciudades capitales y, principalmente, a los cientos de familias que residen en las zonas rurales que necesitan tener la seguridad que eventos de la naturaleza no les privarán de la posibilidad de trasladarse hacia los centros urbanos mayores.