Acceso a medicamentos caros

Es una historia que se repite calcada. Cada vez que se detecta el caso de una enfermedad de muy escasa ocurrencia cuya única cura en un medicamento de altísimo valor, se cierra la puerta del sistema público de salud que es Fonasa. En la incertidumbre, el único camino es recurrir contra ese organismo público en los tribunales de justicia con el argumento de preservar el derecho a la vida por sobre cualquiera otra consideración. Y el resultado es que son los jueces quienes obligan a Fonasa a hacerse cargo de adquirir aquel medicamento. De manera bastante habitual se conoce de casos en que el paciente consigue torcer ese portazo inicial, pese a que una vida pueda estar en riesgo.

De ahí se desprende que uno de los grandes desafíos de nuestro sistema de salud es garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a medicamentos esenciales, incluso aquellos que no están cubiertos por Fonasa. Este problema afecta a miles de familias chilenas, quienes se ven obligadas a enfrentar altos costos por medicamentos vitales para su salud o la de sus seres queridos.

Sin embargo, existen medidas concretas que el Estado chileno pudiera implementar para abordar esta situación de manera efectiva. En primer lugar, es crucial que el gobierno negocie con la industria farmacéutica para garantizar precios más accesibles en los medicamentos esenciales que no están cubiertos por Fonasa. Estas negociaciones deben realizarse con transparencia y en beneficio del interés público, priorizando la salud y el bienestar de la población sobre los intereses comerciales de la industria.

Asimismo, se debe considerar la creación de un fondo de subsidios específico para medicamentos, destinado a cubrir parcial o totalmente el costo de los mismos para aquellos ciudadanos que no puedan pagarlos. Este fondo podría financiarse a través de impuestos específicos o mediante contribuciones solidarias de la industria farmacéutica.

Además, es fundamental promover el uso de medicamentos genéricos como una estrategia efectiva para reducir los costos y mejorar el acceso. Aunque se ha avanzado en este ámbito con la exigencia que las farmacias lo tengan en stock, se puede profundizar en políticas que fomenten la prescripción y dispensación de medicamentos genéricos, así como campañas de concientización para educar a la población sobre su eficacia y seguridad.

La transparencia y la rendición de cuentas son elementos clave en la implementación de cualquier política pública. Por lo tanto, es importante establecer mecanismos de transparencia para garantizar que los recursos destinados al acceso a medicamentos se utilicen de manera efectiva y eficiente, y que los ciudadanos tengan acceso a información sobre los precios de los medicamentos y el gasto del fondo de subsidios.

Por último, es necesario invertir en programas de educación y empoderamiento dirigidos a los pacientes, para que estén informados sobre sus derechos en cuanto al acceso a medicamentos y puedan tomar decisiones informadas sobre su salud. Esto incluye la capacitación en temas como la búsqueda de alternativas de bajo costo, la adherencia al tratamiento y la prevención de enfermedades.

La implementación de una política pública para el acceso a medicamentos de bajo costo en Chile requiere un enfoque integral que involucre la negociación con la industria farmacéutica, la creación de fondos de subsidios para aquellos de alto costo, la promoción de medicamentos genéricos, la transparencia y la rendición de cuentas, así como la educación y el empoderamiento de los pacientes. Es hora de que el Estado asuma su responsabilidad y garantice el derecho fundamental de todos los chilenos a una atención médica accesible y de calidad, sin tener que llegar a los tribunales de justicia.