Meta cumplida

Este fin de semana, y al igual que la mayoría de los años, los chilenos y chilenas se unieron en una causa común, la Teletón, que si bien tiene una meta monetaria, lo que significa para la ciudadanía, va mucho más allá de dinero; significa esperanza, unión y solidaridad. 

No se trata simplemente de un evento televisivo anual; es una manifestación tangible de la empatía y el compromiso de toda una sociedad; que con esto demuestra que con unión, y pese a las diferencias todo se puede lograr.

Creada hace 45 años, como un evento solidario, su propósito es recaudar fondos para ir apoyo de familias cuyos niños, niñas y adolescentes enfrentan desafíos de salud, muchas veces de larga rehabilitación, que en promedio supera los 14 años; la Teletón es un recordatorio poderoso de nuestra capacidad colectiva para generar un impacto positivo.

Este año no fue fácil, lo decía el propio Mario Kreutzberger, la inflación y el desempleo preocupaban a los organizadores, pero aun así, se logró, los cómputos superaban los 38 mil millones de pesos, y esa satisfacción inundó a muchos y muchas en el país.

Y es que, no se trata solo de un número en una pantalla; es la expresión de la fuerza de la solidaridad. Cada contribución, ya sea grande o pequeña, se suma al esfuerzo conjunto de miles de personas que, juntas, buscan hacer una diferencia significativa en las vidas de aquellos que lo requieren.

Detrás de cada meta cumplida de la Teletón hay innumerables historias de superación y resiliencia. Personas cuyas vidas han sido transformadas gracias al apoyo de la comunidad. Estas historias son faros de inspiración que nos recuerdan que, al cumplir la meta, estamos contribuyendo a construir un futuro más inclusivo y lleno de oportunidades para todos.

Cumplir la meta de la Teletón no solo tiene un impacto inmediato, sino que también deja una huella duradera en la sociedad. Al apoyar iniciativas que buscan mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidades, estamos construyendo cimientos sólidos para una sociedad más justa y compasiva.

En última instancia, cumplir la meta de la Teletón va más allá de alcanzar un objetivo financiero; es un testimonio de la bondad humana y la capacidad de generar un cambio positivo cuando nos unimos en solidaridad. En tiempos donde la inseguridad, la crisis económica y muchos otros factores negativos, nos hacen cuestionarnos la capacidad humana de amar, es sin duda, un bálsamo para una sociedad, que en todo momento, con unión, debería lograr sus objetivos.  Sobre todo aquellos que impactan de forma positiva.