Sufrimiento iberiano

Fue en diciembre de 1992 cuando se vivió una de las jornadas más amargas en la historia de Deportes Iberia. El cuadro azulgrana debía vencer en casa a Santiago Morning para mantenerse en la segunda división del fútbol profesional pero apenas logró un empate a 2. La desazón de la hinchada fue enorme. Los asistentes que coparon el estadio fiscal de Los Ángeles con la esperanza de mantener la categoría, debieron volver a sus hogares con la profunda frustración por no conseguir ese propósito.

Pese a todo, la hinchada siguió asistiendo al recinto deportivo, lo acompañó en los cotejos de visita con la expectativa del ascenso. Sin embargo, debieron pasar más de 20 años de deambular con suerte desigual en la tercera categoría del futbol profesional, ahora segunda división, para lograr subir a la primera B.

Al cabo, la participación fue demasiado efímera y en 2017, debido a su bajo rendimiento promedio, Deportes Iberia volvió a caer de serie. Se esperaba que fuera una temporada breve, que no se tardara demasiado tiempo para ascender, que no fuera necesario esperar más de dos décadas para disputar cotejos con rivales de mayor jerarquía.

Sin embargo, este año 2023 todo ha ido de mal en peor. Los cambios en la conformación del directorio de la sociedad anónima dejaron una retahíla de problemas de la más diversa especie, que derivaron en que Iberia perdiera 10 puntos que había ganado de manera legítima en cancha. Sueldos y cotizaciones del plantel y cuerpo técnico que no se pagaron a tiempo, condición sine qua non para demostrar solvencia y seriedad en la actividad, gatillaron la sucesiva resta de puntos.

Cuando parecía que Deportes Iberia remontaba gracias a dos triunfos consecutivos, esta semana se conoció que el club volvió a perder puntuación que lo deja antepenúltimo en la tabla de posiciones, muy lejos de los equipos que vienen a continuación.

Cuando restan cinco fechas del campeonato, que hoy tiene un cotejo frente a Deportes Melipilla, al cuadro azulgrana no le queda más opción que ganar y espera lo que suceda con sus rivales. Y así en los partidos que vienen por delante. No tiene más opciones, no existen otras alternativas. Decirlo es fácil pero hacerlo realidad en cancha es algo completamente distinto.

Más allá de las explicaciones por semejante desbarajuste, lo cierto es que el manejo del club en los primeros meses de este 2023 - cuando se produjo el arribo de nuevos socios - desencadenó este incierto y triste epílogo.

Los hinchas son los que más sufren. Los verdaderos hinchas, los que siempre han estado con Iberia en las buenas - que han sido pocas - y en las malas - que han sido muchas -. Por ellos, por esos hombres y mujeres que sufren en cada derrota y que la sienten en carne propia después de cada cotejo, que se alegran como nadie por los triunfos del club en una categoría menor del fútbol profesional, por ellos es que el plantel azulgrana no tiene más opción que dejar el cuerpo y el alma en la cancha, que no hay más opción que salir del momento, de uno de los peores momentos en la historia de Iberia para mantenerse en la Segunda División del fútbol profesional.

Desde las profundidades, desde los peores lugares en los que se pueda estar, de las derrotas más ampulosas, a la azulgrana solo le queda el sueño de levantarse e intentar ser grande, muy grande, como sus hinchas siempre lo han soñado y deseado.