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La Tribuna

Inasistencias graves

por Fredy Muñoz

Sala de clases / Pixabay

Los datos del estudio realizado por Acción Educar son un urgente llamado a la acción que, de verdad, ya no admiten más dilaciones. Si se reporta que hubo un 41,4% de inasistencias graves en la Región del Biobío durante el primer semestre 2023, significa que 113.775 estudiantes tendrán un impacto en su nivel académico, social y de desarrollo. Otro síntoma de la grave crisis educativa que se viene arrastrando de manera inexorable hace varias décadas y que parece no tener remisión.

Más datos. A nivel nacional, los establecimientos dependientes de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) tienen una asistencia promedio de 76,4%. Eso significa que, en promedio, sus estudiantes perdieron cerca de 1 de cada 4 días de clases en junio.

Los datos muestran que la región de Biobío experimentó una disminución de 4,2 puntos porcentuales en la asistencia promedio entre mayo y junio de este año 2023.

Aunque muchas veces el ausentismo escolar es consecuencia de emergencias como las inundaciones, inquieta otra causa. Hace bastante tiempo que hay una depreciación de la importancia y valoración de las familias por asistir al colegio. Como que ya no es algo ni tan valioso ni tan necesario.

La pérdida asociada a faltas crónicas a clases puede ser significativa y variará dependiendo de varios factores, incluyendo el nivel educativo, el tipo de curso, la materia y la duración de las ausencias. Uno de los impactos más obvios de las faltas crónicas es la pérdida de contenido académico. Si se pierden las explicaciones del profesor, las discusiones en clase, los ejemplos prácticos y otros recursos educativos, pueden tener dificultades para comprender los conceptos clave y desarrollar las habilidades necesarias.

A medida que se acumulas faltan, se vuelve más difícil ponerse al día con la materia. El ritmo de las clases puede ser rápido y complicar la recuperación de todo lo perdido, lo que aumenta el riesgo de quedarte atrás en tus estudios.

Las faltas crónicas a clases suelen correlacionarse con un rendimiento académico deficiente. Si no asistes a las clases, es probable que tengas dificultades para aprobar exámenes y tareas, lo que puede afectar tus calificaciones y tu promedio general.

Algunos cursos no solo se centran en la transmisión de conocimientos, sino también en el desarrollo de habilidades prácticas, como la resolución de problemas, la comunicación y el trabajo en equipo. La falta de asistencia a clases puede limitar las oportunidades para desarrollar esas habilidades.

Todo ese tipo de situaciones indefectiblemente repercute después en las posibilidades de acceder a la educación superior y tener mejores expectativas de crecimiento personal y profesional.

Al cabo, situaciones de esta naturaleza pueden resultar en una pérdida significativa de oportunidades de aprendizaje, un bajo rendimiento académico y consecuencias académicas negativas. Es importante priorizar la asistencia a clases y buscar soluciones para abordar cualquier problema que pueda estar interfiriendo con tu capacidad para asistir de manera regular. Una labor que, sin lugar a dudas, debe ser asumida por el Estado en su conjunto, no solo debe remitirse al rol de un ministerio, sino que se la sociedad toda con una necesaria perspectiva del resguardo de las generaciones futuras.

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