Marca región

La consulta ciudadana que invita a los habitantes de la región a entregar su opinión sobre los principales rasgos y características que definen al territorio, es un paso más para instalar a Biobío en el concierto mundial, con una identidad que sea absolutamente propia y reconocible.

Tal cual lo han hecho otros urbes a nivel global, como Paris, Nueva York, Barcelona o Manchester, se pretende tener una marca región que, en este caso en particular, será colaborativa, ya que se le preguntará a los habitantes - de manera digital - sobre cómo imaginan y ven el territorio, cuál son los atributos, cuál es su personalidad y qué es lo que se proyecta a futuro.

Se trata de un esfuerzo inédito que se llevará a cabo entre el 31 de mayo y el 7 de junio en el sitio web decidebiobio.cl, tarea a cargo de la Corporación Desarrolla Biobío, empujado por el Gobierno Regional del Biobío que encabeza Rodrigo Díaz.

La realización de la consulta para tener una imagen región es parte de la serie de esfuerzos que están llevando a cabo para aprovechar los beneficios de internacionalización. La realización de una fecha del Mundial de Rally, en septiembre próximo, no es casualidad, sino que responde a este posicionamiento. Pero no es lo único. Los acuerdos desde la región con los gobiernos de países como Australia, Nueva Zelanda e Israel son parte de ese esfuerzo no solo para tratar materias como gestión hídrica, estrategias para combatir los incendios forestales y el relacionamiento con los pueblos originarios, sino que buscan que Biobío tenga vuelo propio, que no dependa de las decisiones del nivel central para abordar sus temas específicos.

La idea es articular todos esos esfuerzos para que la región pueda competir y aprovechar las oportunidades que abre la internacionalización, propiciando el aumento de las exportaciones, atrayendo más inversiones e incentivando a los talentos para radicarse en la zona, aprovechando la capacidad instalada no solo desde los servicios públicos, sino que principalmente desde el mundo privado y las universidades.

Desde la década del 80, la Región del Biobío comenzó un sostenido declive en su importancia dentro del contexto nacional, deterioro que se observaba en la pérdida de competitividad de su otrora pujante actividad productiva. Los esfuerzos realizados para revertir esa condición chocaron contra el implacable muro capitalino que dilató las necesarias inversiones en infraestructura, como puertos y carreteras, además de dar un espacio reducido a la necesaria coordinación entre los actores relevantes para que el territorio volviera a ocupar su sitial dentro del país.

Desde que los consejeros regionales comenzaron a responderle a sus votantes (dejando de lado ese singular mecanismo que solo consideraba a los concejales electos) pero, principalmente con la elección de los gobernadores, se produjo un golpe de timón en la conducción de las regiones. Si bien es cierto que las atribuciones de los Gobiernos Regionales aún son muy reducidas, especialmente cuando se trata de decidir las grandes inversiones en el territorio, se ha contado con la creatividad y empuje de sus autoridades para responder a las urgencias de los habitantes del territorio.

En ese marco, es destacable lo que se proyecta para Biobío en el entendido que así y solo así, con la participación ciudadana y el involucramiento de lo público, lo privado y lo académico, se puede poner a la Región en el concierto mundial, generando un círculo virtuoso que deje atrás, de manera definitiva, los años de estancamiento y abra las puertas al desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes.