Mujer y ciencia

Los datos son muy ilustrativos de una realidad que debe cambiar. Numerosa evidencia demuestra que los sesgos y la discriminación en torno al género condicionan las oportunidades de las personas, lo que afecta la trayectoria profesional y perpetúa las brechas en favor de los hombres y en detrimento de las mujeres.

Dicha realidad es más evidente en el mundo de la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). Diversos estudios dejan de manifiesto la baja participación y liderazgo de las mujeres en los cargos relevantes de las instituciones académicas, además de la exigua participación femenina en la solicitud de patentes y en la obtención de financiamiento para la investigación, entre otros muchos aspectos, exponen una pronunciada desigualdad entre hombres y mujeres.

La situación no deja de ser paradojal. No es que los hombres tengan más habilidades y destrezas para esas materias. Los estudios en evaluaciones como la prueba Pisa o la PSU muestran

La segunda versión de la Radiografía de Género, iniciativa del Ministerio de Ciencia para reducir las brechas, entre sus principales resultados reflejó las diferencias significativas entre hombres y mujeres: poca cantidad de matriculadas en carreras STEM, fuertes diferencias en salarios para una misma labor, y un bajo número de doctoras trabajando en la academia.

Entre los resultados se observa que entre las personas que realizan investigación en Chile, sólo un tercio corresponde a mujeres (34%). Respecto de la proporción de mujeres que se titularon el 2019, apenas 7 de cada 100 se titularon del área STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por su sigla en inglés), la cifra más baja entre los países OCDE.

En las matrículas de pregrado, las mujeres representan el 54%. Sin embargo, a medida en que se avanza en la especialización, la cantidad de mujeres va disminuyendo en comparación con los hombres. En la matrícula de magíster, la presencia femenina llega al 51%, baja 43% en el doctorado y a 37% si solo se considera a las doctoras egresadas.

Las brechas de género también se aprecian en las remuneraciones promedio que reciben las personas con doctorado, que desempeñan labores en las universidades.

Dentro de la Radiografía se puede ver que las diferencias en los salarios aumentan a medida que las personas pertenecen a un tramo etario mayor, ya que los hombres ganan un 17% más que las mujeres entre 25 a 29 años, y un 23% más, entre 55 y 70 años. ¿Hay alguna razón que explique tal diferencia? Solo el género de quien percibe ese ingreso.

En ese marco, es fundamental que se releve la importancia de la mujer en el mundo de las ciencias y la tecnología. Pese a las barreras y limitaciones, su aporte ha sido trascendental en las distintas áreas del conocimiento. No se trata de privilegios ni prerrogativas especiales, sino que simplemente se generen condiciones para que las mujeres pueden desarrollar todo su potencial, cualquiera sea su actividad.