Habilidades blandas

El ministro Felipe Larraín es doctor en Economía de la Universidad

de Harvard e Ingeniero Comercial de la Pontificia Universidad Católica de

Chile. Según los datos que entrega la página web de su cartera, tiene una amplia

experiencia como consultor internacional, académico, editor y autor de más de

10 libros publicados en América Latina, Estados Unidos, Europa y Asia. Con ese

cartel, no se entienden sus polémicas frases pidiendo rezar para que se

termine la guerra comercial entre Estados Unidos y China y así se termine el

perjuicio que esta tiene sobre la economía chilena.

No es la única salida de libreto del ministro. Después de eso

aconsejó a los románticos comprar flores ya que estas bajaron un 3.6% de

precio.

Antes, el subsecretario de Salud, Luis Castillo, se había referido

a los consultorios como elementos de reunión social y dijo que los pacientes

llegaban temprano no sólo para atenderse. En la misma línea, el ministro Juan

Andrés Fontaine aconsejó a la gente levantarse más temprano para aprovechar los

beneficios de viajar antes en el Metro de Santiago. Y suman y siguen: el

ministro Cristián Monckeberg habló de la casa propia y los dos departamentos y

el de Trabajo trató de argumentar en contra del proyecto de las 40 horas

semanales aludiendo que la Selección chilena no podría haber ganado la Copa

América con esa restricción de trabajo.

Nadie duda de las capacidades técnicas y políticas que pusieron a

estas y otras personas en sus cargos. Sin duda tienen la capacidad para estar

ahí. Sin embargo, afirmaciones como éstas, tan alejadas de la realidad que día

a día viven la mayoría de los habitantes del país, hablan de una falta de tino

y de habilidades blandas que se necesitan para estar en un cargo tan expuesto.

Ni siquiera se pone en duda su conexión con la realidad, la cual se da por

hecho dada la cantidad de información que manejan en sus cargos, pero sus

afirmaciones caen con fuerza en un medio que ya no sólo valora las competencias

técnicas sino una serie de cualidades que deben tener los líderes del siglo

XXI.