Arte y Cultura en Los Ángeles

Según el antropólogo Alejandro Grimson (2002) para interpretar a una cultura cualquiera se requiere de una perspectiva relativista, en el sentido de comprender a los otros a partir de sus propios términos, sin proyectar las propias categorías conceptuales de quien observa.

Esta definición adquiere relevancia al momento de abordar culturas extrañas o exóticas, sin embargo, también resulta una herramienta útil para el ejercicio de comprender y estudiar nuestra propia sociedad (Grimson, 2002) o de esclarecer diferencias culturales en donde aparentemente no las hay, como diría la antropóloga argentina Rosana Guber (2011). 

Fortalecer las distintas expresiones culturales es estimular su crecimiento desde su propia perspectiva reconociendo también aquello que las hace converger ya sea desde un prisma económico o simbólico.

En una región como la nuestra, que sobresale por sus condiciones geográficas, por sus puertos, con un desarrollo industrial en distintas ramas, fuerte tradición de pueblos y comunidades originarias, con una vida rural que aporta de modo significativo al crecimiento del país, con una importante diversidad de actividades productivas, manifestaciones artísticas y culturales, parece ser una necesidad imperiosa pensar y rescatar cada una las formas culturales que al mismo tiempo permiten el desarrollo espiritual e intelectual de los sujetos sociales.

Como capital de la provincia de Biobío, la ciudad de Los Ángeles se ofrece como un espacio en el que es posible explorar una considerable gama de expresiones culturales y manifestaciones de arte que han servido también para impulsar actividades productivas de relevancia para la ciudad y la región como lo es el turismo y la gastronomía.

Es por ello que junto con construir espacios para que los productos culturales sean vistos y consumidos, es también relevante el papel de las instituciones que trabajan para que distintas personas y comunidades puedan desarrollarse y seguir aportando con sus perspectivas a toda la sociedad.

Si la fiesta de la vendimia es una instancia importante incluso desde la dimensión de la legitimación de la identidad, es porque el orgullo de ser parte de una comunidad radica en el reconocimiento de las prácticas y costumbres que la caracterizan.

En donde encontremos una actividad fundamental para la supervivencia de la comunidad, o de un grupo humano en específico, encontraremos también historias de vida, formas de pensar la existencia, formas productivas, rituales, mitos y distintas expresiones, como las del arte por ejemplo, que hablan de un modo particular de concebir el sentido de la vida social y su lugar en ella.

Hace algunos meses jóvenes de la comuna de Nacimiento tuvieron la posibilidad de participar de un concurso de cortometrajes en el marco temático “Jóvenes y Salud Mental”. Recurriendo a expresiones audiovisuales y sus criterios técnico-artísticos se construyeron distintos relatos en torno a problemas como por ejemplo el uso de las redes sociales y su impacto en la salud mental. Esta iniciativa refleja la necesidad de comprender las diferencias culturales desde las cuales los sujetos reinterpretan fenómenos socio-culturales. El director del hospital de nacimiento lo explica de otro modo: “conocer desde el punto de vista de los jóvenes la problemática de la salud mental”.

Se ofrece entonces ante nosotros la oportunidad de educar en torno a los medios de comunicación y su importancia para pensar y construir formas artísticas o culturales.